En <em>Agosto</em> todo es aparatoso. Cuesta creer que en una familia de muy pocos miembros se dé tamaña desproporción de historias, despropósitos y temperamentos encontrados, pero es cine o, mejor dicho, teatro, puro teatro. Admitida así, como puro teatro -controversia de caracteres extremos-, la película se convierte en un concierto clásico compuesto para el lucimiento del solista, en este caso M. Streep. Su actuación es soberbia, logrando resolver con sobresaliente la desmesura y complejidad del papel que encarna, una anciana muy enferma que se debate entre las drogas, la avaricia, el resentimiento, la crueldad, la locura y todo ello adornado con una aguda inteligencia que de poco le sirve para rescatar de la desesperación sus sentimientos y salvar el breve resto de vida que le queda. Su principal antagonista, J. Roberts, no se queda atrás en la réplica ni en la interpretación -que está a una gran altura-, pero no consigue hacerle sombra en ningún momento a la "dueña" del film. El resto del reparto, muy correcto, destacando a Chris Cooper, B. Cumberbatch y el discretísimo papel de Misty Upham que, en su pequeñez y con apenas dos frases en toda la cinta, pone un contrapunto de cordura y sensatez a tanto desatino.

La trama engancha desde el inicio, las sorpresas y los giros mantienen la atención en un <em>crescendo</em> continuo que logra hacer verosímil asuntos estrambóticos y como metidos con calzador. Pero en definitiva, una obra bien escrita y desarrollada, entretenida, muy interesante y muy bien interpretada que merece la pena ver.