Going Clear desarrolla perfectamente el nacimiento e implantación de una "religión" novedosa, ideada por un escritor visionario de novelas de ciencia ficción y temas extraterrestres. Es muy curioso comprobar una vez más el funcionamiento extremoso de la mente humana, tanto en la creatividad como en la credulidad. No es el primer caso de seguimiento masivo a un iluminado, hubo otros peores (en Alemania, por ejemplo) o ahora mismo en Korea con ese gordito que tanto se ríe (a saber de qué). Siempre habrá personas dispuestas a autonegarse y hacer cualquier cosa por una idea o una ilusión, por una causa, por un líder o, tal vez, por la necesidad de dar algún sentido a sus vidas.

Pero no hay ideas puras ni sentimientos limpios. El trasfondo de todo movimiento espiritual acaba inevitablemente en el materialismo: dominación y riqueza, dinero y poder, los dos componentes constantes en los que se desenvuelve la Humanidad desde siempre y para siempre, quizá. Cuestiones éstas que quedan muy bien reflejadas en la cinta con casos documentados y los testimonios de una serie de apóstatas que lograron "ver la otra luz" y escapar de la maraña comunitaria y sentimental. En este sentido, el documental se antoja demasiado tendencioso: todo incide en la misma dirección de derribo sistemático la creencia, echándose en falta alguien que, en algún momento, diga algo a favor o en defensa de la Cienciología, al menos uno, una vez, un abogado del Diablo.

En definitiva, un documental ilustrativo, muy parcial, a menudo reiterativo y algo pasado de metraje, pero digno y muy interesante.