Tiene más de 75 años y la verdad es que no ha envejecido nada bien, por eso la dejo en un sencillo Interesante.
No quiero ser injusto así que me explicaré a continuación.
La producción es muy modesta y acorde con el neorrealismo italiano de aquella época. Por lo visto se rodó con muy pocos recursos; y eso se nota especialmente en todo lo que concierne al apartado militar. Hacía tiempo que no veía escenas menos militares, menos conseguidas y más cutres que estas de soldados alemanes. ¡Vaya tela la pinta del ejercito alemán!, ¡qué marcialidad de teatro de colegio! Las escenas de movimiento de masas son realmente penosas e infantiles. El MIEDO, con mayúsculas, brilla por su ausencia.
La dirección está muy centrada en el panfleto que nos quiere contar y lo hace bastante bien, con ritmo, con una excelente dirección de actores y con algunos planos y secuencias realmente originales y excelentes. Pero pocos, muy pocos.
La escena de la tortura es tan rídicula que cualquiera diría que la ha filmado un director de ópera. Me recordó a Tosca, cuando el Barón Scarpia lo hace con Mario Cavaradosi. en presencia de Floria Tosca.
En su época no cabe duda de que el mensaje redentor impresionó a la Sociedad; hoy ya no tanto. Ha llovido mucho y acerca de la crueldad de la guerra y del nazismo se ha filmado una barbaridad; de manera terrible y tenebrosa.
La historia no es más que un lavado de conciencia que debió de gustar mucho a la Sociedad Italiana, que fue Fascista y colaboradora con los Nazis desde los inicios hasta pocos meses de la invasión aliada.
En realidad es una especie de novela rosa; lo que nos cuenta no es más que otra postverdad para que parezca lo que no fué, que el pueblo y el ejercito italiano se resistieron bravamente contra los nazis. Al respecto, en España circuló rápidamente este chiste, como no podía ser de otra manera, que aquí de cualquier cosa seria sacamos un chiste:
¿Sabe Usted cuáles son las tres cosas más inútiles del mundo?
Las tetas de los hombres; los cojones del Papa y el ejercito italiano.
Así que a buen entendedor pocas palabras bastan.
Los protagonistas si que están soberbios y no se les puede poner pega alguna. Algo empalagosos y pegajosos, sobre todo en las escenas del final, que me recuerdan a las de Joselito en el Pequeño ruiseñor.