Película excepcional debido a la clara relación que se establece entre la misma y 1984 de Orwell. Es una genialidad la forma que tiene de plasmar el funcionamiento de un estado totalitario; al mismo tiempo es un aviso para el espectador acerca de lo que se nos puede venir encima desde el punto de vista político si se continúa en esta espiral de abstención y apatía. Dejar en manos de otros (políticos) nuestra responsabilidad sólo nos conduce a ser marionetas en manos de intereses particulares, hasta que el sistema se colapsa debido a un acto infame (el asesinato de una niña) y la masa-sociedad se ve obligada a reaccionar.
El único "fallo" que se comete en esta apología de la participación ciudadana son los actos violentos que realiza el protagonista (V).
Si os gusta la película, leed el libro de Orwell, ahí si se puede observar hasta las últimas consecuencias qué es un estado totalitario o lo que en la actualidad se ha dado en llamar "una antiutopía".