En alguna ocasión, todos y cada uno de nosotros nos hemos sentido como un ser extraño. Puede ser por lo que nos gusta, por lo que pensamos, por lo que creemos... Pero, afortunadamente para la mayoría, solo unos pocos saben realmente lo que es sentirse un "monstruo" al igual que los personajes de esta terrorífica cinta.

Browning fue realmente valiente al llevar esta película a los cines nada menos que en 1932.
Hoy en día podemos eliminar un miembro del cuerpo o desfigurar un rostro a nuestro antojo en el cine gracias a las nuevas tecnologías, pero en los años 30 no contábamos con esos adelantos, por tanto el director tuvo que proveerse de auténticos discapacitados físicos para protagonizar el film. Si hoy en pleno siglo XXI me horrorizo de ver esta película, no por que salgan este tipo de personajes, sino por el trato que se les da, exhibiéndolos como animales, no quiero ni pensar el impacto que causó esta película hace 80 años.

Podríamos hablar largo y tendido sobre a qué género pertenece esta película. Aunque en esencia es un drama (o melodrama incluso), podríamos hablar de rasgos del cine de terror, de humor negro o incluso se puede vislumbrar cierto toque de cine negro.

En resumidas cuentas, la moraleja de esta fábula es bastante clara: esta vida es un gran circo, te discriminan, se ríen de ti y te tratan como a un monstruo sólo si eres distinto al resto, pero cuidado, porque algún día los monstruos podríamos ser realmente parte de vuestras pesadillas...