Jerry Zucker dirigió en 1990 una película que fue algo sobrevalorada por algunos y masacrada por otros.
Y Moore, Swayze (en paz descanse) y Goldberg junto con Goldwyn deberían de agradecerle el film a Zucker, porque a unos cuantos los llevó durante un tiempo al estrellato. La película retrata una historia bastante buena y el personaje de Goldberg es bueno aunque la parte del film que más me gusto fue el entrenamiento al que se somete Swayze como fantasma.
Pero claro Zucker no se traiciona, siempre ha sido un director comercial y sabía que la historia de amor era la que iba a llenar la taquilla y no la de el entrenamiento de un fantasma.
Aún así tiene bastante interés y además de persecuciones.
Y poco más que decir, solo que los actores de este film no lograron mucho éxito.
Moore rodó cada bazofia (Striptease, Acoso), Swayze se fue apagando con el tiempo y Tony Goldwyn no rodó nada interesante en bastante tiempo.
Ni siquiera Zucker logró un éxito rotundo como director (luego dirigió una de Arturo y catapum! despareció).
Para que vean que un éxito no garantiza el éxito total.