Vale, la película de Tim Hill es bastante mala y no merece mucho la pena, además destrozará para lo que algunos es el mito de "Alvin y las ardillas".
Pero teniendo en cuenta los productos habituales infantiles a los que estamos acostumbrados, parece una realidad que haya salido tan mediocre.
Y la verdad es que no es tan aborrecible como parece. El bueno de Jason Lee demuestra que aunque a veces no da la talla (véase Vanilla Sky) es un cómico bueno y que los films de Smith y su genial Earl no son lo único que sabe hacer. David Cross como villano también aunque algo patético.
Final ñoño y como siempre un happy end que hace que esta oportunidad de hacer un buen film se quede en nada. Otra vez será