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España España · Granada
Voto de Delta X:
3
Fantástico. Terror. Acción Durante siglos, dos razas han ido evolucionando en las profundidades de la Tierra: los aristocráticos y sofisticados vampiros y los brutales hombres-lobo (Lycans), cuya existencia siempre había formado parte del mundo de los mitos y las leyendas. Estas razas nocturnas son enemigas mortales y están condenadas a vivir en perpetua guerra hasta que sólo una de ellas sobreviva. En medio de este conflicto ancestral, una Guerrera Vampiro, ... [+]
8 de marzo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A ver, tenemos, de un lado, a una prota vampiresa que parece que le ha robado la ropa a la Trinity de Matrix, de otro lado, a unos licántropos cuadraos como el portero de una discoteca y, por último, un guión de chichinabo. Bien, dicho esto, comienza la película y hay una breve introducción dada por la prota de por qué vampiros y licántropos están en guerra, seguida de unos diez minutazos de acción sin tregua.

Entonces la acción se detiene y aparece la prota en primer plano, de vuelta de la trifulca que se ha montado en los diez minutazos anteriores. Está muy enfadada porque es una guerrera y quiere darle candela a los licántropos, pero el jefe de los vampiros va más bien de pacifista y no la deja explayarse a gusto con las hostias que reparte, también está obsesionadísimo con ella porque la ama desde el principio de los tiempos, pero sin ningún éxito. A ella el jefe le cae gordo y no deja de sospechar de él ni por un instante.

Después aparece el jefe de los licántropos, que es raro porque, a diferencia del resto, que están mazaos y tienen un color tostado en la piel, éste es bajito y paliducho, con dos ojeras que bien podrían ser la cara oculta de la luna. Además, dirige como una especie de laboratorio que se parece al cuarto de baño donde rodaron la primera de Saw, con un científico rata que hace cócteles con sangre porque está buscando una fórmula secreta.

Pero bueno, el caso es que aparece un humano en escena, Michael, que se vuelve el interés de las dos razas enfrentadas. Todo comienza porque la prota vampiresa descubre que los licántropos persiguen al humano no se sabe por qué, pero ella, que es la chula del barrio, decide averiguarlo por su cuenta y va a buscarlo. Cuando da con él, tiene un encontronazo con el jefe raro de los licántropos, y hay un tiroteo y una persecución y otro tiroteo y esas pamplinas, hasta que la prota consigue escapar a salvo con el humano, que entre golpe y golpe se ha quedado como un saco de patatas durmiendo mientras la vampiresa lo trasladaba a la mansión vampírica.

Después el tal Michael, cuando se despierta, se queda flipadísimo por todo lo que le sucede y huye de allí, saltando por la ventana, hacia un hospital, donde vuelve a huir por la ventana porque la poli lo persigue. Aquí se establece un patrón de conducta claro en el personaje: le encanta romper ventanas. Y os aviso desde ya, en esta película hay muchas ventanas que se rompen.

Resulta que el Michael éste es un tío muy especial, que tiene visiones de otro tiempo y que termina siendo la reencarnación de un licántropo ancestral, o algo así. Y, buah, chicos, tendríais que verlo, cuando se transforma en lobo sí que rompe ventanas, pero un montón.

Lo que sigue es un embrollo tremendo. Lo voy a dejar aquí, para no reventaros la película. Sólo diré que al final todo es una movida conspiranoica muy grande que se remonta a los orígenes milenarios de la guerra entre vampiros y licántropos.
Delta X
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