La he vuelto a ver tras no menos de 20 años y he podido comprobar que ha envejecido magníficamente, tal como otros ya han escrito. La pareja protagonista es absolutamente hipnótica, inolvidable, su química, su maravillosa forma de moverse por la escena, sus a ratos gélidas a ratos ardientes miradas, sencillamente no me imagino esto hoy en día. No sé porqué.
El gran Burl Ives está gigantesco y el resto del reparto maravilloso. Incluso los horribles niños están estupendos en su insoportable mala educación.
El guión es magnífico, no baja nunca el nivel, siempre frases con mensaje muy profundo, hiriente en ocasiones, pero siempre elegantes. En cuanto al motivo escondido que lleva a Brick a estar tan colérico con Maggie y que todo el mundo asocia a su homosexualidad, no sé en la obra teatral lo que será, pero en la película no parece que una mujer total como Maggie esté empeñada en un caso perdido, aunque sea Paul Newman (Dios mío,qué guapo). Y tampoco se entiende como Brick aspira apasionadamente la bata de ella colgada tras la puerta del baño. La química heterosexual de ambos es enorme, y no puedo creerme el amor al tal Skiper.