Genie la niña salvaje, fue una adolescente que pasó toda su infancia sin recibir contacto humano, encerrada en un sótano, atada prácticamente todo el día a una silla. Esto trunco aberrantemente su desarrollo ya que no pudo aprender en ciertas fases de su crecimiento hábitos como el habla, caminar, aprender a comer, ir al aseo...

Pues bien, lo que tenemos aquí es algo similar, no sabría decir si más perverso. Aquí en vez de ser una privación del aprendizaje, lo que tenemos es una distorsión radical del aprendizaje y por lo tanto de la realidad, y cinematográficamente hablando aquí radica todo el encanto de esta película: Nos muestra unos niños ferinos que se han desarrollado en el error siendo totalmente antisociales y condenados a vivir aislados si quieren mantener esos paradigmas.

Canino es una de esas películas que es buena porque logra crear en el público una sensación amarga, imposible de dejarte indiferente. Logra conectar porque nos vende una fantasía que es real, y es una película de la que se puede aprender mucho, casi obligatoria su visionado en las aulas universitarias de pedagogía, psicología o sociología.