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Documental La gran recesión no ha sido culpa del libre mercado. Por contra, su causa debe buscarse en la profunda intervención del estado y los bancos centrales en la economía, provocando, de manera fraudulenta, ciclos recurrentes de expansión artificial, burbuja y recesión económica que terminan pagando todos los ciudadanos. (FILMAFFINITY)
10 de noviembre de 2012
14 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
El film se hace pesado; una ficción documental más divertida es Zelig (Woody Allen, 1983). En este documental de Mercado (JJ.) los actores están algo sobreactuados aunque destaca el balance del gran gurú del anarquismo de mercado, el profesor Huerta de Soto; los actores más secundarios, Rallo y Braun, en su papel. La productora es el Instituto Juan de Mariana a la que quizá conozcan de otros materiales como “La austeridad no ha fracasado” o “¡Viva la especulación!” trabajos que este lobby neoliberal español, como el Fraser Institute y el Cato Institute en Norteamérica, realizan para extender el llamado Consenso de Washington y los intereses de la plutocracia.

Viendo el documental parece que el determinismo de la escuela económica austriaca apenas explica la crisis financiera a partir de la manipulación de los tipos de interés por parte de los Bancos Centrales, después de la cual todos los agentes económicos yerran irracionalmente excepto, claro, los chicos más listos, los austroliberales. Éstos se han olvidado de Stuart Mill o “La Teoría de los sentimientos morales” de Smith y han abrazado las fantasías más utópicas que los economistas británicos de finales del XVIII crearon para ampliar su hegemonía frente al continente. Para ellos lo público siempre es socialista y liberticida y el libre mercado molón porque nos llevará al paraíso social espontáneamente siempre que se faciliten marcos institucionales desregulados, los mismos que llevaron a la banca a extender con sus superordenadores en los mercados abiertos y OTC toxicidades como los credit default swap.

Lo más interesante reside en la crítica a la facultad de crear el dinero de la nada por el sistema de reserva de banca fraccionaria pero no dice que la financiarizacion de la economía se produjo a partir de los años 70 debido a la crisis de la tasa de ganancia en la economía productiva cuando las rentas de capital empezaron a crecer respecto a las del trabajo y con el crédito barato se mantenía la ficción del poder de compra del trabajador. Prefiere hablar de exceso de regulación cuando ésta ha sido precisamente para garantizar la desregulación financiera (supresión de la Ley Glass-Steagall), de autorregulación de los mercados financieros cuando hoy sabemos que no se autorregulan (casos de Islandia, Irlanda, etc.), del BCE al servicio de los políticos cuando es al revés, este lobby de la banca aumenta los intereses de la deuda pública que pagamos con recortes, de Keynes como semilla del mal cuando las ideas Hayekianas no fertilizaron la llamada edad de oro del capitalismo (1946-73), etc.

¿La economía al servicio del ciudadano o el ciudadano al servicio de la economía? Aquí no encontrarán personas ni relaciones de poder, ni desigualdad, ciclos económicos, oligopolios, competencia imperfecta, externalidades negativas, sobreinversión especulativa, ingeniería financiera, información privilegiada, ni siquiera alternativas explicativas de los ciclos como la inestabilidad financiera de H. Minsky.
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