No importa, el rostro grotesco de Tom Cruise, con la boca empapada de sangre o el mismo Brad Pitt en sus acciones de iniciación vampiresca, la película por medio de la astuta dirección de Neil Jordan nos atrapa de principio a fín con su elegante puesta en escena, todo esta genialmente combinado desde la fotografía hasta la banda sonora. Seria pecado no mencionar a Christian Slater, Antonio Banderas y Kirsten Dunst, todos encajan a la perfección, al igual que cada elemento técnico de la producción.
Sin miedo a pecar me atrevo a decir que estamos ante la mejor película de vampiros jamás rodada.