El protagonista se mete en un problema del que no tuvo que saber nada jamás. Por mucho que estuviera necesitado, no justifica en lo que se tuvo que convertir, aunque una vez allí, dentro del meollo, no podía por menos que dejar que su alma se tornase monstruosa.

¿Qué habrías hecho cuando tienes la pistola en la mano?

Yo no sé si habría podido disparar, matar a un ser humano... Tal vez habría dejado que me mataran antes. O tal vez ese instinto que todos tenemos en este tipo de situaciones habría aflorado y habría apretado el gatillo lo más rápido posible.

Tras la primera, segunda sacudida, el protagonista tiene en los ojos un brillo peculiar, como de "te voy a matar"... Esa seguridad que espeluzna, aún cuando por dentro estuviera muerto de miedo. Tal vez la droga que le chutaron lo dejó mas templado.

Después, cuando está en la comisaría, es un dilema. Si habla le quitan el dinero, que necesita su familia, pero también imagino que si habla los demás irían a por él y los suyos. Además, ¿quien sabe si la policía también estaba implicada de alguna forma? Es muy tópico que ellos simplemente hicieran su trabajo y no tuvieran ningún otro interés retorcido.

O tal vez sí querían ayudarle, entonces, él habría dejado escapar la única llave para salir con vida de todo eso.

El final, con el incansable hermano muerto de, no sé si ira o codicia, acabando con todos los sueños del pobre que no había más que jugarse la vida y al que le habían sonreído por una vez... puff... Qué asco, qué injusto final. Pero en fin. Tampoco encontrará demasiado en el zurrón (a no ser que se extravíe, es lo primero que pensé, juas...).

¿Lograrán pillarlo y condenarle? ¿Les servirá de algo la matrícula? ¿El juego continuará como si nada...?

El final es una pena, en verdad. Y la BSO me parece preciosa, sobretodo el último tema, se le tiene que echar un vistazo...