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España España · Sevilla
Voto de Crisca:
8
Drama En un país regido por una corrupta democracia, donde el gobierno utiliza a la Policía y al Ejército para erradicar cualquier amenaza izquierdista, un diputado de la oposición es asesinado en plena calle cuando acababa de presidir un mitin de carácter pacifista. De la investigación del caso se encarga un joven magistrado, consciente de que se trata de un crimen político cometido por dos sicarios a sueldo. Al mismo tiempo, un ambicioso ... [+]
7 de diciembre de 2008
41 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Costa-Gravas ha sido un grandísimo y aclamado director griego, contrariamente a lo que he leído en algunas de las críticas que los usuarios han hecho sobre él, en las que se dice que nunca fue tenido en cuenta. Sinceramente, me pregunto de dónde habrán sacado esta opinión aquellos que escribieron eso, cuando Gravas es considerado, junto a otros como Gillo Pondecorvo, uno de los grandes maestros del cine político del siglo XX. Además, cabe mencionar que muchos de sus filmes han obtenido premios de amplio reconocimiento internacional. Entre ellos están éste, que tiene el Oscar a la Mejor Película Extranjera y el Premio del Círculo de Críticos de Nueva York, otros como "Desaparecido", que obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes o "La caja de música", que fue premiada en la Berlinale con el Oso de Oro. En fin, si después de esto alguien sigue pensando que no es un director cuyo cine está valorado, es porque quiere. Ha sido el autor de obras maestras tan reconocidas como la ya citada "Desaparecido", "Amén", "Estado de sitio" etc.

"Z." es una magnífica producción. Para empezar cuenta con un guionista de lujo, el escritor español Jorge Semprún (que por si alguien no lo sabe, estuvo en un campo de concentración nazi y se salvó), y para seguir, con un equipo de actores de infarto: el grandísimo Yves Montand (que por cierto, destacó también por su carrera musical), la intensidad de Irene Papas, ese pedazo de mujer que llena la pantalla con una actuación tan corta como solemne y la presencia de Jean-Louis Trintignat en la figura de un valiente juez, que se enfrenta a un gobierno corrupto.
Con un ritmo trepidante y una sensacional banda sonora del compositor Mikis Theodorakis (imprescindible escucharla...), me parece una de esas pequeñas obras de arte que con los años van olvidándose y que hay que ver; al igual que la mayor parte de la filmografía de este carismático director. La frase con la que da comienzo lo dice todo: "Cualquier parecido con la realidad no es fruto del azar, es voluntario". Es cine comprometido, con mensaje y, sobre todo, necesario.
Crisca
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