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Voto de Cloud_Norris:
9
2014
Jack Amiel (Creador), Michael Begler (Creador) ...
7,7
11.167
Serie de TV. Drama
Serie de TV (2014-2015). 2 temporadas. 20 episodios. Ambientada en el Nueva York de 1900, 'The Knick' se adentra en los pasillos del hospital Knickerbocker de Nueva York, donde el prestigioso cirujano Dr. John W. Thackery, pese a su secreta adicción a la cocaína, lidera un equipo de médicos con el que no duda en sobrepasar los límites de la ética y la moral de su época en favor de la investigación científica. Todo un adelantado a su ... [+]
4 de mayo de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Knick es otro caso más de serie con un despegue inmejorable y una continuación que no está a la altura, algo bastante común en las series televisivas, en parte por falta de ideas y en parte por la necesidad de alargar un producto exitoso. The Knick, sin embargo, gira en torno a una institución y a un personaje real en un contexto histórico real y bien documentado; no falta material a los guionistas para seguir manteniendo la calidad de la primera temporada, y sin embargo ahí está la segunda, con un guión tan tendencioso en comparación que es imposible no sentirse decepcionado.
No obstante, tomando The Knick como la suma de sus partes, es una serie que no puedo dejar de recomendar. Al margen de sus fallos, brilla en todo momento por su dirección, su atmósfera, su recreación histórica y sus tremendas actuaciones. La música minimalista electrónica y la cámara en mano le dan un toque un tanto hipnótico y mucha identidad. Es una serie con muy buen gusto dentro de su condición de producto televisivo, la clase de producto que pueden disfrutar hasta quienes no son amantes del género histórico o tienen poco o ningún interés por la medicina. No es perfecta, pero definitivamente se trata de una serie sólida y con mucha personalidad.
No obstante, tomando The Knick como la suma de sus partes, es una serie que no puedo dejar de recomendar. Al margen de sus fallos, brilla en todo momento por su dirección, su atmósfera, su recreación histórica y sus tremendas actuaciones. La música minimalista electrónica y la cámara en mano le dan un toque un tanto hipnótico y mucha identidad. Es una serie con muy buen gusto dentro de su condición de producto televisivo, la clase de producto que pueden disfrutar hasta quienes no son amantes del género histórico o tienen poco o ningún interés por la medicina. No es perfecta, pero definitivamente se trata de una serie sólida y con mucha personalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La primera temporada funcionaba porque siempre tenía el hospital y los avances médicos como eje temático. Veíamos el racismo, el clasismo, el florecimiento económico e industrial de EEUU, los avances médicos y tecnológicos de la época sin renunciar a la contención. Todo giraba en torno al Knickerbocker, con el aderezo de que no se limitaba a ser un documental sino que retrataba la vida, la moral, la estética y la sociedad neoyorkina de principios del siglo XX de forma muy sugerente a través de sus personajes, dándole profundidad a la trama y sacando lo mejor de cada historia pero sin renunciar jamás a ese eje temático: estaban el puterío y la corrupción del director del hospital, la lucha del doctor Edwards por ser tratado como un igual por sus colegas, los abortos clandestinos de la hermana Harriet, los problemas del dr. Everett por proteger a su mujer de las monstruosidades de la psiquiatría victoriana, el altruismo sanitario de Cornelia, la adicción del doctor Thakery causada por su frustración profesional... Todas esas historias estaban muy bien hiladas y servían de complemento a la trama principal, nunca la eclipsaban.
La segunda temporada pierde ese equilibrio. Es una confusión de subtramas, algunas que se abren sin esclarecerse nunca, otras metidas con calzador, que en el mejor de los casos son una distracción y en el peor rompen totalmente la verosimilitud narrativa: el problema de visión de Algernon, que parece tan serio al principio y que luego pierde importancia; la aparición estelar de su mujer, a la que había mantenido en secreto; el padre maltratador de la enfermera Elkins y la nada creíble transformación de ésta, que pasa de mosquita muerta a auténtica harpía de la noche a la mañana; la misteriosa muerte del inspector de sanidad, que luego resulta que fue asesinado por el hermano de Cornelia y no sé qué historias... Otra de las cosas por las que destaca the Knick es por la impecable simulación de heridas, incisiones, tratamientos, enfermedades, lesiones y condiciones higiénicas, sin renunciar al realismo y al rigor histórico, por cierto, muy bien retratado en cada escena de quirófano. Pero en la segunda temporada ya empiezan las fantasmadas, que si auscultar a un paciente con un teléfono, que si abrirle la cabeza a otro sin anestesia general y juguetear con su cerebro, que si Thakery se opera a sí mismo a pesar de que sus colegas están perfectamente capacitados para hacerlo... En fin, un despropósito tras otro, que no invalidan por completo los méritos de la serie pero mellan sensiblemente su calidad. Los guionistas tienen mucho material desaprovechado en la verdadera historia del Knickerbocker, ¿para qué recurrir a los clichés de siempre? ¿Para enganchar a un espectador que verá CSI si quiere asesinatos, House si quiere mala praxis médica, y literalmente cualquier otra serie si quiere culebroneo? Esperemos que la próxima temporada vuelva a poner los pies en el suelo.
La segunda temporada pierde ese equilibrio. Es una confusión de subtramas, algunas que se abren sin esclarecerse nunca, otras metidas con calzador, que en el mejor de los casos son una distracción y en el peor rompen totalmente la verosimilitud narrativa: el problema de visión de Algernon, que parece tan serio al principio y que luego pierde importancia; la aparición estelar de su mujer, a la que había mantenido en secreto; el padre maltratador de la enfermera Elkins y la nada creíble transformación de ésta, que pasa de mosquita muerta a auténtica harpía de la noche a la mañana; la misteriosa muerte del inspector de sanidad, que luego resulta que fue asesinado por el hermano de Cornelia y no sé qué historias... Otra de las cosas por las que destaca the Knick es por la impecable simulación de heridas, incisiones, tratamientos, enfermedades, lesiones y condiciones higiénicas, sin renunciar al realismo y al rigor histórico, por cierto, muy bien retratado en cada escena de quirófano. Pero en la segunda temporada ya empiezan las fantasmadas, que si auscultar a un paciente con un teléfono, que si abrirle la cabeza a otro sin anestesia general y juguetear con su cerebro, que si Thakery se opera a sí mismo a pesar de que sus colegas están perfectamente capacitados para hacerlo... En fin, un despropósito tras otro, que no invalidan por completo los méritos de la serie pero mellan sensiblemente su calidad. Los guionistas tienen mucho material desaprovechado en la verdadera historia del Knickerbocker, ¿para qué recurrir a los clichés de siempre? ¿Para enganchar a un espectador que verá CSI si quiere asesinatos, House si quiere mala praxis médica, y literalmente cualquier otra serie si quiere culebroneo? Esperemos que la próxima temporada vuelva a poner los pies en el suelo.