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Voto de Rath:
8
7,2
20.160
Drama
Rumanía, 1987: el país se encuentra bajo el férreo régimen comunista de Ceaușescu. Otilia y Gabita son estudiantes y comparten habitación en una residencia. Gabita está embarazada, pero no quiere tenerlo. Las jóvenes acuerdan un encuentro con un tal Mr. Bebe para que le practique un aborto ilegal en la habitación de un hotel. (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2008
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda y galardonada película de Cristian Mungiu, joven realizador del nuevo cine rumano. Aborda el tema del aborto clandestino en la figura de una joven estudiante que sólo encuentra apoyo en su compañera de habitación en la residencia estudiantil.
La acción transcurre en la Rumanía de 1987, bajo el dictatorial gobierno de Ceaucescu, y a lo largo de un día que, para el espectador se concentra y ajusta exactamente a la duración de la cinta. Ello debido a que la narración te obliga a implicarte en ella desde su mismo inicio, sin respiro alguno, hasta el final de la misma. Su tono es casi documental, de exquisita sobriedad pero plagado de agudas observaciones y detalles, sin concesiones ni grandilocuencias, en el que no sobra -ni falta- una sola frase... Todo ello hace de esta película, ya desde su mismo título, una brusca y desoladora cuenta atrás en lo que continúa siendo casi una encrucijada social, aún en los denominados países desarrollados.
La excelente interpretación de Anamaria Marinca y la muy eficaz y creíble del resto de actores, junto a una tan sombría como brillante fotografía, sin música (otro acierto), completan y redondean una película que hay que ver. Eso sí: nunca con ánimo de pasar el rato, sino con muchas ganas de ver buen cine, salga lo que salga.
La acción transcurre en la Rumanía de 1987, bajo el dictatorial gobierno de Ceaucescu, y a lo largo de un día que, para el espectador se concentra y ajusta exactamente a la duración de la cinta. Ello debido a que la narración te obliga a implicarte en ella desde su mismo inicio, sin respiro alguno, hasta el final de la misma. Su tono es casi documental, de exquisita sobriedad pero plagado de agudas observaciones y detalles, sin concesiones ni grandilocuencias, en el que no sobra -ni falta- una sola frase... Todo ello hace de esta película, ya desde su mismo título, una brusca y desoladora cuenta atrás en lo que continúa siendo casi una encrucijada social, aún en los denominados países desarrollados.
La excelente interpretación de Anamaria Marinca y la muy eficaz y creíble del resto de actores, junto a una tan sombría como brillante fotografía, sin música (otro acierto), completan y redondean una película que hay que ver. Eso sí: nunca con ánimo de pasar el rato, sino con muchas ganas de ver buen cine, salga lo que salga.