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España España · MÓSTOLES
Voto de Lucman:
8
Drama El capitán Rockwell Torrey y el comandante Paul Eddington forman parte de un destacamento de la Marina americana cuya misión es responder al ataque perpetrado por los japoneses contra la base americana de Pearl Harbor. Torrey, enamorado de la enfermera Maggie Haynes, intenta mejorar la distante y tensa relación con su hijo Jeremiah, un joven oficial de la Marina. (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2012
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces el cine bélico adquiere una dimensión tan noble, convirtiendo a sus héroes en seres humanos verdaderos, y fundiendo sus conflictos interiores con un profundo amor al deber (la patria, en este caso).

No está de moda mostrar personajes tal como lo hace Otto Preminger, que asuman los valores del sacrificio, el esfuerzo, el deber, la lucha, siempre determinantes en un conflicto bélico, en conjunción a los profundos sentimientos y emociones de hombres y mujeres que ansían llevar una vida de ciudadanos normales. Viendo un film así -con más de cuatro décadas de historia-, se tiene la sensación que hay factores en la naturaleza humana que no son moneda de cambio aún de una sociedad como la nuestra, en creciente contínuo de materialidad y hedonismo, y que, sin arrostrar pesimismos, permanecerán a lo largo del tiempo.

Sirvan de preámbulo estas líneas, para manifestar mi admiración por un cineasta que ha sabido -como pocos-, plasmar la ambivalencia de esas dos posiciones con honestidad y coherencia. La película es creible desde cualquier angulo que se la juzgue y cuenta para ello con un insuperable elenco de actores, encabezado por el duro y sensible John Wayne, y el siempre conflictivo y ambiguo Kirk Douglas, sin olvidar a otros acreditados actores del reparto: Henry Fonda, Patricia Neal, Burgues Meredit, Dana Andrews, Tom Tryon... siempre convincentes y bien ajustados a sus personajes.

Los entresijos, interioridades y miserias del mundillo militar quedan aquí muy bien reflejados, con sus envidias, pequeñas traiciones y -también- afectos profundos, todo ello sin atisbo de patrioteria. Una discontinuidad ambivalente que enriquece la psicologia de esos seres, que, ante las situaciones límite llevadas por una guerra no pierden sus valores humanos mostrándo así su verdadera encarnadura.

Aún sin contar con un gran presupuesto, Preminger, logra escénas bélicas de una crudeza y realidad insuperables -bellísima la escena de los acorazados japoneses llegando por la noche a la isla-, y las debastadoras secuencias de la destrucción del acorazado yanke torpedeado, que culminarán con el estruendoso colofón de la batalla final.

Tal vez el metraje (dos horas y media largas), sea excesivo, y se podia haber aligerado algo en la primera parte, pero, en ningún momento se pierde el interés de su trama. Sinceramente recomendable.
Lucman
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