Vaya por delante que no me gustan las películas de época, o victorianas; se me hacen lentas, y aunque suelen estar muy bien ambientadas y acabadas, me resultan insulsas y aburridas. Si a eso añadimos que no me suelen gustar las pelis de "chica busca chico", "chico se enamora de chica", "todo se lía pero todo acaba bien", la verdad es que no me pondría a ver esta película.
Cometería un error.
Es la segunda película que más he visto (algún día haré la crítica de la primera), y la verdad es que cada vez que la veo me gusta más y más, y le veo detalles que en anteriores visionados no me había fijado.
Los actores están simplemente espectaculares. Keira lo borda. De hecho, creo que ha sido su mejor papel, y cuando ahora la veo en otro película, siempre me recuerda este personaje.
Matthew, el protagonista masculino, está perfecto, con esa cara de estirado y panolis que no se entera de nada.
Pero personajes como la hermana de Keira, la que deshonra a la familia, el novio aprovechado de ésta, el amigo enamoradizo del protagonista masculino o la tía de éste último, están a un gran nivel, sólo superados por el cura y evidentemente, por la madre de Keira que hace un papelón.

La película está llena de momentos y escenas inolvidables. Destacar una es difícil pero cuando veais la película fijaos en el enfado de Keira y Matthew en plena campiña inglesa lloviendo a cantaros, o en otra escena en la que Keira, subida a un columpio que está dentro de un granero, ve pasar las estaciones.

A disfrutar.