Esta película, evidentemente, apunta a ser un grotesco de la lucha entre las autoridades y criminales desequilibrados psíquicos, ególatras villanos -un poco a la manera de Batman- que, en este caso son unos inmigrantes de Europa Oriental que quieren inmortalizarse en E.U.A. filmando y obteniendo una suma escalofriante de dinero por ello, el asesinato del detective encarnado por De Niro, algo así como unos supuestos genios del crimen y el arte. Su objetivo, es que su cinta sea transmitida por los medios más sensacionalistas de la televisión. Al respecto del film, debo decir que me chocó de entrada la adopción por parte de Robert De Niro de un rol secundario, de jefe policial, que en este caso no le sale muy bien. El está para otras cosas y su expresión tan carismática y sensible, no se corresponde con cierta parquedad y expresión agresiva que suelen tener los actores que encarnan ese rol. Uno lo ve demasiado señorial y "artista", y excesivamente simpático, precisamente, a De Niro que hace un papel apenas discreto. De todas maneras ésto es una sátira, y no deja de ser quizá una humorada poner a alguien de las características de De Niro en ese rol. La película es aceptablemente visible, no mucho más, un poco larga a mi gusto, pero más o menos consigue el objetivo presumiblemente buscado -entretener-, en parte con los gestos caricaturescos de los villanos y sus inverosímiles egos, que llegan a hacer peligrar sus planes. 6,35