El "protagonista" es un gato. En efecto, un animal barcino obra como hilo conductor de tres episodios dispares configurando un tríptico. En el primer relato, se asiste a un método altamente violento para disuadir a los fumadores. En el medio, un apostador sucio y polémico que no ahorra jugadas turbulentas para salirse con la suya y, por fin, la intervención del gato ante un gnomo negro que perturba a una niña de corta edad. En fin, que con muy logrados efectos especiales se desarrolla un film entretenido, curioso y atrayente en conjunto, con buenas interpretaciones. De alguna manera la historia remite al célebre gato negro de Edgar Allan Poe, aún con sus obvias disimilitudes, pero sí por las dotes sobrenaturales del felino.