Un hombre relativamente joven, de naturaleza hosca, reconcentrada, tuvo una desgracia; bajo los efectos de una combinación de cocaína y alcohol, provoca un accidente doméstico, de resultas del cual sus hijos mueren en un incendio. Cuando su hermano mayor lo designa tutor de su hijo menor, acudirá como un tropel a su cerebro la galería de macabras circunstancias que rodearon la tragedia. Inmediatamente se plantearán, por lo demás, divergencias importantes entre ambos en la administración y disposición de los bienes, por ejemplo un yate. Así el film discurre sobre estos tópicos inesperados, el duelo de los parientes sobre qué destino dar a los bienes y vida del chico. La película tiene una atmósfera por momentos algo opresiva, dolorosa, no es una visión optimista de estos tramos vitales. Hace fluida gala de las bellas imágenes de Manchester -supuesto que el lugar de filmación sea el del epígrafe, lo que no siempre es concordante-, y si bien no es absolutamente homogénea en cuanto a su atractivo en todos sus fragmentos, en conjunto resulta aceptable y considero razonable juzgarla con unos 7 puntos.