Una mujer en una cocina, presa de un ataque de nervios...vive con su suegra, una anciana evidentemente arteroesclerótica, que confunde todo, promoviendo sin querer, con la mejor de las intenciones, numerosos desórdenes domésticos (por ejemplo, haciendo flancitos con la mayonesa recién hecha por su nuera y, más grave aún, defecándose encima, lo que obliga a la dueña de casa a limpiar el suelo). Estas situaciones reiteradas llevan a la mujer a explotar y reunirse con los hermanos de su marido a solicitarles -en medio de llantos y gritos histéricos- que se hagan cargo de la señora mayor, pero todos tienen diferentes excusas y nadie quiere recibirla en la casa. La abuela se va de visita a otra casa y todos creen que desapareció y que -incluso- pudo haber muerto. La filmación es algo lenta por momentos y el argumento algo paupérrimo, porque gira sobre los ejes mencionados sin mayor desarrollo de situaciones complejas pero, poco a poco, se van notando toques humorísticos y, después de un velorio, la película se torna más interesante aumentando, parejamente, los elementos de humor; es una película con un marcado sentido del grotesco, algo kitsch pero, en conjunto, divertida y que vale la pena mirar.