Lo confieso: según empezó la película pensé que era otra "peli" de las de venganzas contra diestro y siniestro, con inclusión de las típicas ensaladas de tiros y demás pirotecnia. Resumiendo, me temía una americanada estilo Van Damme o Steven Segal.

Pero esta película no es una americanada. No estamos ante un espectáculo visual con explosiones, disparos, sangre que salpica hasta la butaca y cuerpos destripados; y aún así la película impacta. Sin alardes técnicos, con los mínimos recursos melodramáticos y ni siquiera recurriendo a la típica historia romántico-sexual tan al gusto de Hollywood, sino con sobriedad y crudeza, esta película te llega al corazón. Es de esa clase de buenas películas que la lágrima no aparece cuando la estás viendo, sino DESPUÉS de hacerlo (¡Dios mío! yo, un hombre hecho y derecho admitiendo que se me "aguó" la vista cuando estaba fregando los platos después de haber visto Savior)

La guardo en mi colección como un pequeño tesoro. Volveré a verla algún día, y seguramente volveré a dejar escapar alguna que otra lágrima cuando nadie me vea.