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Voto de Ghibliano:
10
7,4
26.855
Animación. Fantástico. Aventuras
Periodo de entreguerras. Porco es un cerdo aviador que frustra todos los actos de piratería perpetrados por los piratas aéreos del Adriático. Éstos, decididos a acabar con el valiente y hábil aviador, se ponen de acuerdo para contratar a un aventurero americano cuya misión será eliminarlo. (FILMAFFINITY)
5 de noviembre de 2009
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es la película de Miyazaki que más me ha costado apreciar, y creo que los motivos vienen dados por lo que por otro lado es su mayor virtud: su capacidad para transportarse de un género a otro. Hay cosas que, por muy bien escritas que estén -y en Porco Rosso lo están- chocan irremediablemente; por ejemplo, el tono elegante y romántico de la película en general junto con la absurdez y la ligereza de ciertas escenas que encuentra su clímax en la parte final. Esto además puede resultar confuso; he leído tanto que era la obra más adulta del autor como la más infantil, y en realidad puede que no sea ni una cosa ni la otra.
Dicho esto, no hay nada que se le pueda reprochar desde el punto de vista técnico. No sólo es una experiencia totalmente innovadora en animación (ese romanticismo propio del cine clásico no es precisamente lo que se dice un recurso muy utilizado), sino que como película entretiene y mucho. Y lo hace porque sus personajes, aunque se limiten a encarnar una idea concreta del argumento, tienen un encanto impresionante. Porco es el que se lleva el gato al agua; un fanfarrón elegante, un buen amigo, un cabrón que rebosa carisma por los cuatro costados. Pero es que la faceta apasionada de Fio, la fanfarronería de Curtis o la elegancia de Gina también logran inundar la pantalla cada vez que aparecen.
Dicho esto, no hay nada que se le pueda reprochar desde el punto de vista técnico. No sólo es una experiencia totalmente innovadora en animación (ese romanticismo propio del cine clásico no es precisamente lo que se dice un recurso muy utilizado), sino que como película entretiene y mucho. Y lo hace porque sus personajes, aunque se limiten a encarnar una idea concreta del argumento, tienen un encanto impresionante. Porco es el que se lleva el gato al agua; un fanfarrón elegante, un buen amigo, un cabrón que rebosa carisma por los cuatro costados. Pero es que la faceta apasionada de Fio, la fanfarronería de Curtis o la elegancia de Gina también logran inundar la pantalla cada vez que aparecen.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El argumento se lleva de una forma inusitada. No sólo no se molesta en tratar de cerrar la trama sobre Porco, sino que despierta la imaginación del espectador y le hace partícipe del misterio. Nunca sabremos cómo se convirtió en cerdo, pero intuimos que fue aquella experiencia paranormal (maravillosamente contada) la que le llevó a esa situación. Tampoco tenemos ni idea de si logra superarla, pero es bonito pensar que sí, que de alguna manera (el beso de Fio, por ejemplo) se logra romper el hechizo por fin. El caso es que todo esto importa poco porque, como muy bien ha apuntado en su crítica irian hallstatt, Miyazaki se burla de las apariencias. El personaje de Porco, muy a pesar de su pecularidad física, no aparece como un ser de otro planeta, sino que se relaciona con los de su alrededor como lo haría alguien con rostro humano, y el resto lo tratan como tal.
En fin, obra maestra. Sólo le pongo un pero: es una película tan centrada en la afición de Miyazaki por la aeronáutica que se me hace más distante que otras. Éste es el único aspecto de su filosofía recurrente que nunca he tenido la oportunidad de compartir, y en cierto modo me molesta no poder compenetrarme con ella al nivel de, por ejemplo, "El viaje de Chihiro" o "La princesa Mononoke". Sin embargo, una vez superado ese escollo, se encamina hacia una sensación más positiva al ver cómo los personajes viven y describen las maniobras aéreas (en el duelo final, por ejemplo) con una precisión y una dedicación que parecen salidas de la boca de su autor.
En todo caso, por la belleza de ciertas escenas (en el jardín de Gina, en el cine, en las batallas aéreas...), por la ambientación y el tratamiento de la historia y por sus personajes, ésta es una película inolvidable y todo un logro en el cine animado.
En fin, obra maestra. Sólo le pongo un pero: es una película tan centrada en la afición de Miyazaki por la aeronáutica que se me hace más distante que otras. Éste es el único aspecto de su filosofía recurrente que nunca he tenido la oportunidad de compartir, y en cierto modo me molesta no poder compenetrarme con ella al nivel de, por ejemplo, "El viaje de Chihiro" o "La princesa Mononoke". Sin embargo, una vez superado ese escollo, se encamina hacia una sensación más positiva al ver cómo los personajes viven y describen las maniobras aéreas (en el duelo final, por ejemplo) con una precisión y una dedicación que parecen salidas de la boca de su autor.
En todo caso, por la belleza de ciertas escenas (en el jardín de Gina, en el cine, en las batallas aéreas...), por la ambientación y el tratamiento de la historia y por sus personajes, ésta es una película inolvidable y todo un logro en el cine animado.