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Voto de Ghibliano:
8
6,8
52
Serie de TV. Animación. Comedia
Serie de TV (2005). 12 episodios. Nobue es una adolescente de 16 años con un impresionante vicio al tabaco. Cuando está en casa lo normal es que tenga a su cargo a Chika, su hermana pequeña de 11 años, que por si fuera poco, suele estar acompañada de 3 amigas suyas: Ana, Matsuri y Miu. Nobue es una persona muy sarcástica, que pasa de todo, pero encuentra rival en Miu, la más borde de las amigas de su hermanita. Miu es una niña rebelde, ... [+]
24 de abril de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Ichigo Mashimaro", vaya una serie. Protagonizada por niñas muy tiernas e inocentes que se dedican a hacer cosas de niñas, sin un argumento más que seguir sus aventuras cotidianas, con una animación sencilla y austera a la par que recargada de colorines, ¡parece un arco iris! Y no hay drama, ni sexo, ni obscenidades (algún comentario chorra, si acaso), ni los personajes tienen un lado oscuro e inexplorado; es más, las caracterizaciones son de lo más simple que puede haber: está la chiquita muy tímida y mona a la que todos adoran, la niña trasto que busca atención desesperadamente, la extranjera que trata de hacerse pasar por angloparlante, la chica "normal" que ha de aguantar las travesuras de la segunda... y su hermana mayor.
La serie se propone ser de lo más lindo y criarte mariposas en el estómago y a fe que lo consigue. En ese sentido se nota demasiado esa intención (nada disimulada) a lo largo de todos los episodios, de hecho creo que la falta de sutileza en este sentido puede resultar bastante molesta.
Pero es que, con todo, "Ichigo Mashimaro" es muy buena. No debería funcionar tan bien, pero funciona.
Gran parte de este éxito inesperado es la química que desprenden los personajes en sus diálogos. Ante un tipo de anime que basa su comedia en la interacción pura y dura, es muy de agradecer que se formen parejas humorísticas tan interesantes como Matsuoka y Chika, o Nobue y Matsuoka. Gracias a esto, a lo bien que se complementan los personajes y también a un guión bastante bueno, tenemos el milagro de que la serie aguante el tipo durante sus doce episodios, e incluso se permita lanzar en 2007 una OVA de tres episodios, y en 2009 otra de dos, que mantienen el nivel sin que se resienta en absoluto por el paso del tiempo o la repetición de situaciones.
Y si hay un personaje que destaca entre el resto ése es Miu Matsuoka, la más gamberra de las niñas. Su irritante personalidad proporciona un filón humorístico que no se desaprovecha en absoluto, desde su primera aparición hasta la última se come la pantalla con sus salidas absurdas y las putadas con las que obsequia al resto una y otra y otra vez.
No se puede olvidar tampoco la contribución de Nobue, la hermana mayor. El hecho de incluir una chica veinteañera en el reparto da por sí solo otra dimensión a lo que se está narrando; si bien la serie se centra en la sencillez de la vida de las niñas, el hecho de proporcionar un personaje alejado de estos parámetros que interactúa libremente con ellas le da un toque algo nostálgico. Nobue se convierte en una observadora de la conducta de su hermana y el resto de amigas, y al mismo tiempo, toma parte activa en sus juegos convirtiéndose en una especie de madre para todas.
(sigo en spoiler por limitaciones de caracteres, pero en esta clase de animes los spoilers importan bien poco)
La serie se propone ser de lo más lindo y criarte mariposas en el estómago y a fe que lo consigue. En ese sentido se nota demasiado esa intención (nada disimulada) a lo largo de todos los episodios, de hecho creo que la falta de sutileza en este sentido puede resultar bastante molesta.
Pero es que, con todo, "Ichigo Mashimaro" es muy buena. No debería funcionar tan bien, pero funciona.
Gran parte de este éxito inesperado es la química que desprenden los personajes en sus diálogos. Ante un tipo de anime que basa su comedia en la interacción pura y dura, es muy de agradecer que se formen parejas humorísticas tan interesantes como Matsuoka y Chika, o Nobue y Matsuoka. Gracias a esto, a lo bien que se complementan los personajes y también a un guión bastante bueno, tenemos el milagro de que la serie aguante el tipo durante sus doce episodios, e incluso se permita lanzar en 2007 una OVA de tres episodios, y en 2009 otra de dos, que mantienen el nivel sin que se resienta en absoluto por el paso del tiempo o la repetición de situaciones.
Y si hay un personaje que destaca entre el resto ése es Miu Matsuoka, la más gamberra de las niñas. Su irritante personalidad proporciona un filón humorístico que no se desaprovecha en absoluto, desde su primera aparición hasta la última se come la pantalla con sus salidas absurdas y las putadas con las que obsequia al resto una y otra y otra vez.
No se puede olvidar tampoco la contribución de Nobue, la hermana mayor. El hecho de incluir una chica veinteañera en el reparto da por sí solo otra dimensión a lo que se está narrando; si bien la serie se centra en la sencillez de la vida de las niñas, el hecho de proporcionar un personaje alejado de estos parámetros que interactúa libremente con ellas le da un toque algo nostálgico. Nobue se convierte en una observadora de la conducta de su hermana y el resto de amigas, y al mismo tiempo, toma parte activa en sus juegos convirtiéndose en una especie de madre para todas.
(sigo en spoiler por limitaciones de caracteres, pero en esta clase de animes los spoilers importan bien poco)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El resto tampoco están nada mal, pero no alcanzan el nivel de las dos anteriores. Y aquí radica el principal -tal vez el único- fallo de esta obra. Si bien no podemos hablar exactamente de personajes sobrantes, sí hay una descompensación bastante fuerte en el interés que generan. En especial Matsuri, la chica tímida, que aparte de ser simpatiquilla no logra aportar mucho al panorama humorístico; más sangrante me parece el caso de Ana, bastante desaprovechada después de un inicio fulgurante. Asimismo, Chika es un personaje sin rasgos excéntricos, lo cual ya le limita mucho, pero funciona muy bien como complemento al estilo de comedia que practican Matsuoka y Nobue.
Argumentalmente, "Ichigo Mashimaro" es parecida a "Azumanga Daioh" y la posterior "Lucky Star", en el sentido de que no hay una trama en sí más allá de ver a las niñas crecer e interactuar con el medio y entre ellas, y que la serie es básicamente una comedia que se basa en las compatibilidades/incompatibilidades que nacen de la forma de ser de cada una. Se puede decir que es una obra en la que "no pasa nada", pero eso tampoco es cierto.
Ya sea por medio de esos momentos de debilidad poética que le entran a Nobue de vez en cuando, o por las escenas en las que Matsuoka muestra sus celos y su necesidad de atención constante, la serie se centra sin desarrollar nada concreto en captar las preocupaciones diarias de sus personajes. Es un retrato de la infancia, edulcorado ciertamente, pero también mucho más serio de lo que parece a simple vista y todo a partir de unos roles que en principio no responden más que a estereotipos con fin humorístico. Y precisamente se desarrolla a través de esa comedia, de esas interacciones entre personajes.
En ningún momento alcanza una profundidad digna de estudio ni se dan giros dramáticos, ninguna de las chicas tiene un secreto inconfesable que esconder ni es un extraterrestre venusiano en sus ratos libres, pero en el nivel que se mueve sí da para mucho. La serie es sencilla, con personajes sencillos, pero arranca emociones relativamente complejas y eso tal vez pueda resultar bastante sorprendente.
A pesar de todo, no recomendaría "Ichigo Mashimaro" fácilmente. No es la clase de serie que "luce" como recomendación: no tiene una trama grandiosa, ni personajes con muchas capas de complejidad, la animación es muy sencillita y su humor no es precisamente el paradigma de la corrosividad (que ahora parece que la comedia ha de ir ligada necesariamente a la sátira). Pero tiene mucho encanto, entretiene siempre y es cortita, con lo que se puede ver de una sentada sin mayores problemas. Si podéis soportar las dosis insanas de azúcar y colorines en vena, os encontraréis con una serie que vale mucho la pena, quizá porque uno no se espera nada de ella y puede dejarse sorprender con lo que llega a provocarle si se mete en su dinámica lo suficiente. Evidentemente, habrá quién no encuentre nada a lo que agarrarse, pero no creo que esto sea el caso de la mayoría.
Argumentalmente, "Ichigo Mashimaro" es parecida a "Azumanga Daioh" y la posterior "Lucky Star", en el sentido de que no hay una trama en sí más allá de ver a las niñas crecer e interactuar con el medio y entre ellas, y que la serie es básicamente una comedia que se basa en las compatibilidades/incompatibilidades que nacen de la forma de ser de cada una. Se puede decir que es una obra en la que "no pasa nada", pero eso tampoco es cierto.
Ya sea por medio de esos momentos de debilidad poética que le entran a Nobue de vez en cuando, o por las escenas en las que Matsuoka muestra sus celos y su necesidad de atención constante, la serie se centra sin desarrollar nada concreto en captar las preocupaciones diarias de sus personajes. Es un retrato de la infancia, edulcorado ciertamente, pero también mucho más serio de lo que parece a simple vista y todo a partir de unos roles que en principio no responden más que a estereotipos con fin humorístico. Y precisamente se desarrolla a través de esa comedia, de esas interacciones entre personajes.
En ningún momento alcanza una profundidad digna de estudio ni se dan giros dramáticos, ninguna de las chicas tiene un secreto inconfesable que esconder ni es un extraterrestre venusiano en sus ratos libres, pero en el nivel que se mueve sí da para mucho. La serie es sencilla, con personajes sencillos, pero arranca emociones relativamente complejas y eso tal vez pueda resultar bastante sorprendente.
A pesar de todo, no recomendaría "Ichigo Mashimaro" fácilmente. No es la clase de serie que "luce" como recomendación: no tiene una trama grandiosa, ni personajes con muchas capas de complejidad, la animación es muy sencillita y su humor no es precisamente el paradigma de la corrosividad (que ahora parece que la comedia ha de ir ligada necesariamente a la sátira). Pero tiene mucho encanto, entretiene siempre y es cortita, con lo que se puede ver de una sentada sin mayores problemas. Si podéis soportar las dosis insanas de azúcar y colorines en vena, os encontraréis con una serie que vale mucho la pena, quizá porque uno no se espera nada de ella y puede dejarse sorprender con lo que llega a provocarle si se mete en su dinámica lo suficiente. Evidentemente, habrá quién no encuentre nada a lo que agarrarse, pero no creo que esto sea el caso de la mayoría.