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21.653
Thriller. Intriga
Un asesino de niñas tiene atemorizada a toda la ciudad de Berlín. La policía lo busca frenética y desesperadamente, deteniendo a cualquier persona mínimamente sospechosa. Por su parte, los jefes del hampa, furiosos por las redadas que están sufriendo por culpa del asesino, deciden buscarlo ellos mismos. (FILMAFFINITY)
18 de octubre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mito del cine Fritz Lang, con toda justicia considerado uno de los más grandes directores de la historia del cine.
Mito del cine Peter Lorre, extraordinario e infravalorado actor, con un escalofriante papel y una de las mejores actuaciones de todos los tiempos.
Mito del cine "M, el vampiro de Düsseldorf", un largometraje único, sombrío y fascinante, que cuesta creer sea del año 1931.
El irrepetible director austríaco roza la genialidad (para mí es su mejor obra, junto con "Perversidad") en esta película, de la cual estaba plenamente satisfecho y que consideraba cumbre en su carrera. En ella asistimos a las circunstancias que rodean un asesino de niñas, la investigación policial y la "contrainvestigación" del hampa (en vista de que la excesiva presencia de la policía y el temor ciudadano están dando al traste con sus negocios) para dar con el indeseable.
Lang respetaba el "cine de evasión", es decir, películas fácilmente digeribles que no den nada que pensar, películas que simplemente entretengan; pero él siempre insistió en que le gustaba entretener, pero también dar pie a debates, a pensamientos oscuros, y que el espectador no fuera un mero busto frente a la pantalla.
Y vaya si lo consigue con "M, el vampiro de Düsseldorf" (el título original es "M - Eine Stadt sucht einen Mörder" y en inglés fue "M - A city looks for a murderer"; el folletinesco título en España viene porque la historia se inspira muy parcialmente en un conocido caso de la época, y los distribuidores españoles lo vieron conveniente) una película que para tener 85 años es absolutamente moderna en diversos aspectos y en la cual se nota poco que el cine sonoro llevaba poco tiempo funcionando.
Lang demuestra su probada maestría en la dirección y rodeado de su equipo entrega una obra maestra con cierto tono expresionista, pero con detalles ya más modernos como el empleo del leitmotiv (la melodía silbada de "Peer Gynt"), el soberbio montaje y numerosos golpes de efecto con el uso de la cámara, con algunos planos verdaderamente arriesgados.
Ahora bien, la película es del gran Peter Lorre y su inolvidable y sobrecogedora actuación. Para la historia su repertorio de gestos, su monólogo y desde luego los desconcertantes debates que Lang deja caer sobre crimen, justicia, qué es lo correcto y qué no y etcétera.
Necesaria e imprescindible.
Mito del cine Peter Lorre, extraordinario e infravalorado actor, con un escalofriante papel y una de las mejores actuaciones de todos los tiempos.
Mito del cine "M, el vampiro de Düsseldorf", un largometraje único, sombrío y fascinante, que cuesta creer sea del año 1931.
El irrepetible director austríaco roza la genialidad (para mí es su mejor obra, junto con "Perversidad") en esta película, de la cual estaba plenamente satisfecho y que consideraba cumbre en su carrera. En ella asistimos a las circunstancias que rodean un asesino de niñas, la investigación policial y la "contrainvestigación" del hampa (en vista de que la excesiva presencia de la policía y el temor ciudadano están dando al traste con sus negocios) para dar con el indeseable.
Lang respetaba el "cine de evasión", es decir, películas fácilmente digeribles que no den nada que pensar, películas que simplemente entretengan; pero él siempre insistió en que le gustaba entretener, pero también dar pie a debates, a pensamientos oscuros, y que el espectador no fuera un mero busto frente a la pantalla.
Y vaya si lo consigue con "M, el vampiro de Düsseldorf" (el título original es "M - Eine Stadt sucht einen Mörder" y en inglés fue "M - A city looks for a murderer"; el folletinesco título en España viene porque la historia se inspira muy parcialmente en un conocido caso de la época, y los distribuidores españoles lo vieron conveniente) una película que para tener 85 años es absolutamente moderna en diversos aspectos y en la cual se nota poco que el cine sonoro llevaba poco tiempo funcionando.
Lang demuestra su probada maestría en la dirección y rodeado de su equipo entrega una obra maestra con cierto tono expresionista, pero con detalles ya más modernos como el empleo del leitmotiv (la melodía silbada de "Peer Gynt"), el soberbio montaje y numerosos golpes de efecto con el uso de la cámara, con algunos planos verdaderamente arriesgados.
Ahora bien, la película es del gran Peter Lorre y su inolvidable y sobrecogedora actuación. Para la historia su repertorio de gestos, su monólogo y desde luego los desconcertantes debates que Lang deja caer sobre crimen, justicia, qué es lo correcto y qué no y etcétera.
Necesaria e imprescindible.
