"Todo en un día" es una de esas películas muy ligeritas, entretenidas, divertidas y, especialmente, muy ochenteras. Y aclaro lo de la década porque es la típica película de esos años que con ver un minuto de la misma ya sabes que es cien por cien hija de su tiempo y lugar.

Bajo una premisa vista muchas veces, la de un chico que busca algo más de libertad de la que tiene en la adolescencia y se muestra rebelde y transgresor con las normas, la cinta va proponiendo toda una serie de situaciones y aventuras (la mayoría de ellas muy cómicas) que el trio protagonista deberá ir superando mientras hace novillos del instituto de turno.
La peli tiene todas las partes que esperas: Un "Villano" encarnado por uno de los miembros del consejo escolar que busca coger al protagonista en sus mentiras. El amor del protagonista, el amigo muy distinto del prota en todo y, especialmente, un uso de la música para darle épica mediante canciones archiconocidas a los momentos cumbres y/o generar "tensión" en los momentos en que están a punto de coger al susodicho.

Realmente, esta es una de esas pelis que sirven para desconectar y pasar un buen rato y poco más. Y como tal funciona y hay que juzgarla. Está por debajo, eso sí, de otras coetáneas de estilo similar como "regreso al futuro" o "los goonies", pero quizá si en el mismo escalón de Solo en casa y compañía. Es cierto que llegado a cierto momento intenta ser algo más, poniendo sobre la mesa una temática más seria. Pero acaba pasando muy de puntillas por ella y sigue centrándose en ser un divertimento hasta el final.

No hay mucho más que añadir. La película es todo eso que esperas y si te gustan este tipo de cintas, esta probablemente también te gustará y te hará pasar un buen rato. Las risas, al menos en mi caso, han estado aseguradas.