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Voto de Quique Martín:
8
Drama Londres, en la década de los 1950. Williams es un veterano funcionario enterrado bajo el papeleo de la oficina mientras la ciudad se reconstruye después de la II Guerra Mundial. Al recibir un demoledor diagnóstico médico, vacía su cuenta de ahorros y se dirige a la costa. Se promete hacer de sus últimos días un tiempo significativo, pero se percata de que no sabe cómo hacerlo. Después de que un misterioso desconocido lo lleve a la ... [+]
12 de enero de 2023
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entrada, creo que es justo reconocer que no he visto la película original en que se basa este remake -Vivir (Ikiru)- del maestro Kurosawa así que, por lo tanto, no me puedo centrar en hablar de la comparación entre ambas o de si era o no necesario hacer este remake tantos años después de una película clásica. Pero lo que si puedo decir es que, independientemente de si es una película innecesaria o no lo es, estamos ante una película con un contenido tan potente que creo que sería bueno que la viese la mayor gente posible y que los espectadores miren esta cinta con la intención de reflexionar sobre sus vidas. Así que, si esto sirve para acercar una historia tan universal como esta al público joven de 2022, bienvenida sea.

En cualquier caso, “Living”, que llegó a nuestros cines el pasado cuatro de enero, es una película muchísimo más profunda de lo que parece. La película arranca con la premisa de un hombre, de vida anodina, que descubre que sufre una enfermedad terminal. Este descubrimiento no solo pondrá su vida patas arriba, sino que provocará una serie de cambios profundos tanto en su forma de actuar como en la forma en que el entorno va a interactuar con él.
Y es que si de algo quiere hablar esta película es de cómo vivimos y, especialmente, de cómo, a veces, no vivimos realmente del todo. El personaje al que da vida Bill Nighy -que por cierto está absolutamente brillante, levanta la película el solo y se merecerá todos los premios y nominaciones que puedan darle- es un tipo normal y corriente. Alguien que podría ser tu tío, tu padre o un compañero de trabajo. Una persona que va pasando los días, sin que pase nada especial, y que simplemente se deja llevar por la corriente de la vida mientras va quitando días del calendario. El hecho de descubrir que le queda tan poco tiempo le cambia. Como, probablemente, nos cambiaría a todos si mañana nos dijesen que nos quedan seis meses de vida. Y entonces, una vez tiene que enfrentarse a esa cuenta atrás, se encuentra ante la vicisitud de tener que decidir qué va a hacer con el tiempo que le queda.

A partir de ese momento, la cinta deja de ser lo que es en su primer tercio de metraje -una película pausada sobre este tipo trabajando en una oficina y las relaciones con sus compañeros de trabajo- para convertirse en una llamada de atención al espectador. “Living” no está hablando de la vida de Williams, que va. Al menos no lo está haciendo en el fondo. “Living” de lo que realmente está hablando es de nuestras vidas. De nuestras costumbres y de cómo, muchas veces, la monotonía se adueña de todo y nos va ahogando poco a poco hasta que, un buen día, nos damos cuenta de que nos estamos quedando sin tiempo.

Williams quiere dejar un legado antes de irse. Quiere convertir el mundo, su pequeño mundo, en algo mejor de lo que era antes de él. Y la película quiere que nosotros reflexionemos sobre estos temas. Sobre si estamos viviendo, sobre que quedará de nosotros cuando no estemos.
Al final, por mucho que estemos ante un drama francamente potente, “living” no es más que la brillante consecuencia de una historia muy humana, triste, melancólica y, sí, también positivista. Y, a veces, en la simpleza de hablar de lo terrenal, como podría ser un parque o un columpio, encuentra la calidez para conectar con el espectador. Muy recomendable.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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