Increíble la belleza de esta película.
Belleza.
Porque una historia así de tierna y pura en contexto tan espeluznante nunca fué tan bien contada.
La historia nos narra un amor con una camara natural sin efectos que nos mete de lleno en este fascinante mundo de Oskar y Eli donde la nieve nunca cede terreno al candor de sus corazones, de sus entrañas.
No es una historia de terror, es una oda al verdadero amor, como en muchos años no fue contada.
Se la recomiendo a todas aquellas adolescentes( y no tanto) que suspiran por el chulo de playa-vampiro de carton piedra de crepñusculo, para que aprendan a diferenciar los sentimientos autenticos del puro marketing, de la pura imagen ilusoria. Y tambien a cualquiera con sensibilidad( no sensiblería) que disfrute con las buenas y raras historias.
Mitica ya la escena final para los restos, que mientras algunos tachan de efectista yo la tacho de sublime.

¡Y por lo que más quieran, lean el libro! Es mejor incluso y rellena pequeñas incognitsas