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Voto de Tortolito:
2
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Drama
Rosa María, una profesora de Historia de la Universidad de Lisboa, emprende con su hija María Joana un crucero por el Mediterráneo que las llevará desde Pompeya a Atenas, pasando por Estambul y Egipto. Al final, debe reunirse con su marido en Bombay, desde donde saldrán de vacaciones. Descubre así parajes que sólo conocía a través de los libros. Durante el crucero, conoce a tres mujeres y a un hombre que le producen una profunda ... [+]
25 de noviembre de 2007
7 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soporífera, pretenciosa, insulsa, tramposa, pétrea...
Si este es un director destacado del cine portugués, apaga y cierra el chiringuito con llave. Los extras en las despedidas sucesivas de los sucesivos puertos son, a pesar de parecer de cartón piedra y de notarse a la legua que están fingiendo, lo más auténtico de este bodriete. La actriz principal es mala como ella sola, y su personaje repite varias veces su historieta vital (profesión, viaje, motivos del viaje, maridito, etc.). Decir siete veces una cosa no sería necesario si se contase una sola vez bien.
Y como documental de viajecito iniciático de buen rollo por el Mediterráneo da pena. Casi cualquier video a propósito de YouTube cuenta los tópicos típicos de Marsella, Pompeya, Atenas, Estambul o El Cairo con más gracia.
La sorpresiva memez final es sólo una forma que se le ocurrió al director de dar algo de emoción al asunto y terminar con los bostezos.
La escenita del capitán (Malkovich) con las damas (Deneuve, Papas y la italiana, cuyo nombre no quiero recordar) le recuerda a uno vivamente cómo es la vergüenza ajena: opiniones necias y estereotipadas en un ambiente ampuloso, pero de falsete. ¿De verdad se cree alguien que todos en la mesa entienden griego?
Y otro fallo más: cuando se encuentran al sacerdote ortodoxo en la Acrópolis, es él el primero en dirigirse a la profe y la niña, y no al revés, como dicen dos veces en el resto de la conversación.
En fin, una película que no vale ni canon del DVD en que está grabada.
Si este es un director destacado del cine portugués, apaga y cierra el chiringuito con llave. Los extras en las despedidas sucesivas de los sucesivos puertos son, a pesar de parecer de cartón piedra y de notarse a la legua que están fingiendo, lo más auténtico de este bodriete. La actriz principal es mala como ella sola, y su personaje repite varias veces su historieta vital (profesión, viaje, motivos del viaje, maridito, etc.). Decir siete veces una cosa no sería necesario si se contase una sola vez bien.
Y como documental de viajecito iniciático de buen rollo por el Mediterráneo da pena. Casi cualquier video a propósito de YouTube cuenta los tópicos típicos de Marsella, Pompeya, Atenas, Estambul o El Cairo con más gracia.
La sorpresiva memez final es sólo una forma que se le ocurrió al director de dar algo de emoción al asunto y terminar con los bostezos.
La escenita del capitán (Malkovich) con las damas (Deneuve, Papas y la italiana, cuyo nombre no quiero recordar) le recuerda a uno vivamente cómo es la vergüenza ajena: opiniones necias y estereotipadas en un ambiente ampuloso, pero de falsete. ¿De verdad se cree alguien que todos en la mesa entienden griego?
Y otro fallo más: cuando se encuentran al sacerdote ortodoxo en la Acrópolis, es él el primero en dirigirse a la profe y la niña, y no al revés, como dicen dos veces en el resto de la conversación.
En fin, una película que no vale ni canon del DVD en que está grabada.