Muy lejos del típico bodrio americano de temporada y muy cercano a las grandes producciones exóticas de lo años 50, Rob Marshall, con pulso firme, dirige este estupendo film que consigue mantener al espectador en vilo durante 140 minutos, que en ningún momento decae y con una fotografía colorista muy interesante. Después de que ganara 6 Oscars de la academia con aquel espanto cinematográfico llamado "CHICAGO", yo tenía mis serias dudas por saber que tipo de cine habría hecho Marshall en una producción, no lo olvidemos nunca, de Steven Spielberg, (que finalmente no dirigió al decantarse por el drama terrorista "MUNICH"). Pero ha salido muy airoso de la contienda, a pesar de que creo que no ganará ninguna preciada estatuilla dorada importante, (quizá se lleve los premios a la mejor dirección artística y fotografía), a primeros de Marzo en Los Ángeles, ya que la película no ha estado exenta de polémica al preferir las productoras COLUMBIA y DREAMWORKS que la protagonicen chinos en vez de japoneses. Pero, problemas artísticos aparte, es muy recomendable desde cualquier punto de vista técnico/narrativo, amén de ofrecer la música de John Williams, (que ya estaba previamente contratado cuando en principio se creía que iba a ser dirigida por Spielberg).