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España España · Oviedo
Voto de babayu:
7
Drama. Comedia Narra cuatro historias urbanas del Santiago de Chile de nuestros días. Año 2008. Teresa, Edmundo, Mario y Patricia son cuatro habitantes de Santiago cuyas vidas se entrecruzan en medio de bocinazos, frenadas y alarmas de autos, pero que difícilmente llegan a tocarse. Sumidos en la vorágine urbana, cada uno de ellos persigue su sueño: Teresa (Aline Kupenheim) una psicóloga que busca salvar vidas, Edmundo (Roberto Farías) un peluquero que ... [+]
6 de abril de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ganadora del último Goya a la mejor peli hispanoamericana, esta obra de Andrés Wood (Historias del fútbol, La fiebre del loco o Machuca), uno de los tres cineastas chilenos más conocidos, junto a Miguel Littin (cuyo hijo firma la fotografía en ésta) y Silvio Caiozzi, es interesante desde el momento en que apuesta por mostrarnos cuatro historias reales (y varias subtramas paralelas) de personas que viven en Santiago como lo podrían hacer en cualquier otra ciudad del mundo. Profundamente urbana, lo que se siente en los bocinazos, el tráfico humano y de máquinas, las prisas, etc, la ciudad es ese ente inanimado que estimula a la par que ahoga los sueños y esperanzas de sus habitantes; los cuatro personajes principales están involuntariamente sometidos a esa vorágine de la gran capital, sus respectivas infelicidades y frustraciones no parecen tan graves cuando se las compara a la global desdicha de cada particular elemento de ese hormiguero. Pero aquí acierta Wood al devolver la individualidad perdida a esas cuatro almas solitarias, a esas pequeñas hormigas que pujan, ceden, renuncian y evolucionan en sus sentimientos, porque la buena vida es algo que muta, que cambia, los sueños trocan en realidades diferentes, que son a su vez nuevos sueños, nuevas luchas, es una mera cuestión de supervivencia. Ojo, hay un personaje al que se le niega esa meta, su ruta está ya decidida por los imponderables, y no queda ninguna esperanza salvo aquella que signifique el fin de su tiempo, el descanso para ella llegará cuando ya no quede nada, cuando se acabe todo...
Me gusta la peli porque induce a la reflexión, aunque carezca de cierta cohesión en sus diferentes tramos narrativos, la cosa fluye sin que se vea más que una rebuscada intersección entre sus elementos, tal vez un recurso buscado por su director (que la escribió junto con Mamoun Hassan adaptando una idea original de Rodrigo Bazaes) para acentuar esa soledad insólita y contradictoria al estar rodeado de millones de personas.
La labor de los actores es más que correcta,especialmente Roberto Farías como Edmundo y Aline Küppenheim como Teresa.
babayu
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