Parece increíble que el responsable de este bodrio, el chino Chen Kaige, haya hecho obras tan apreciables como Adiós a mi Concubina; la peli tiene poco salvable, ya que está marcada por una historia muy floja, predecible e interrumpida por lo que se supone son escenas "calientes", pero que resultan bastante risibles. El reparto está tremendamente mal elegido, a pesar de contar con algún actor interesante como Joseph Fiennes, pero es poco bagaje para una obra tan insostenible, acompañada además, de una música, de Patrick Doyle, que aunque pretende ser inquietante resulta más bien ruidosa y molesta.