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España España · Oviedo
Voto de babayu:
3
Drama. Romance David (Woody Harrelson), arquitecto, y Diona Murphy (Demi Moore), agente inmobiliario, son un matrimonio felizmente casado y bien avenido que, por culpa de un traspié económico, ve peligrar su nivel de vida. En Las Vegas, donde buscan un golpe de suerte en el juego que les traiga algo de dinero, un maduro y apuesto multimillonario (Redford) ofrece a David un millón de dólares a cambio de pasar una noche con su mujer. A pesar de las ... [+]
20 de julio de 2008
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos hallamos ante una peli que provocó bastante revuelo allá en los primeros 90, y que no deja de ser más que otro producto coyuntural de un Adrian Lyne con especial ojo para fabricar blockbusters de desigual calidad (Flashdance, 9 Semanas y Media, Atracción Fatal, etc), y que no da para mucho: es la historia de una típica pareja de recién casados, burguesitos que buscan mejor acomodo para su matrimonio, a los que de repente les aparece el "demonio", perosonificado en el millonario John Gage (brillante, como no, Redford), poniéndoles en la boca la tentación en forma de una jugosa "manzana". Como haría la inmensa mayoría de las personas (que levante la mano quien diga que no, honestamente), pican el anzuelo, lo que provoca una crisis en la pareja; aquí es donde falla la peli, porque si Diana Murphy, el personaje que interpreta correctamente Demi Moore, tuviera dos dedos de frente, mandaría al pobre de su maridito David a freír espárragos, ya que el rubio madurito está igualmente enamorado de ella y es profundamente más interesante que el petardillo rol de Harrelson, que no alcanza más que a divagar un tanto estólidamente sobre arquitectura, evidenciando, además, no demasiado amor por su mujer, a la que no dificulta en ningún momento sus "tratos" con el multimillonario, y que encima se las da de santurrón atacado por unos peligrosos celos.
Lo bueno: es entretenida, y da para hacer alguna reflexión sobre la omnipotencia del dinero en esta sociedad capitalista.
Lo malo: es una anécdota tan breve, que dedicar casi dos horas a su desarrollo parece del todo innecesario; además, el final es un pelín absurdo, y la conjunción Redford-música de John Barry hace pensar todo el rato en Memorias de África, lo que no ayuda demasiado a centrarse en la peli.
babayu
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