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España España · Oviedo
Voto de babayu:
6
Thriller. Acción. Intriga La feliz vida familiar y la brillante carrera del abogado Robert Clayton Dean están a punto de desmoronarse, cuando llega a sus manos una cinta de vídeo que contiene imágenes del asesinato de un miembro del Congreso de los Estados Unidos, en el que aparecen involucrados agentes del Gobierno. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2008
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de Tony Scott, lejos de sus mejores obras, como Amor a Quemarropa o El Ansia, pero en la que sus manierismos no molestan tanto como en otras, sobre todo porque la trama es muy entretenida. Las dos horas largas de acción se toleran aceptablemente, gracias a que la premisa es buena: un gris abogado, Robert Dean, que se ve metido, sin comerlo ni beberlo, en una conspiración en la que toda la fuerza del "lado oscuro" de la Agencia de Seguridad Nacional cargará contra él. El origen de la movida está en un ornitólogo que es testigo, a través de sus aparatos de videograbación, del asesinato del congresista Hammersley (Jason Robards) a manos de los secuaces de Reynolds (Jon Voight) que pretende implantar un sistema de vigilancia extrema que choca un tanto con la libertad individual.
A raíz de eso se desata la persecución del protagonista, víctima de una paranoia real en la que no alcanza a comprender por qué se lo quieren cepillar. Será necesaria la aparición de Brill, el personaje que interpreta Gene Hackman, una especie de espía retirado que permanece en la sombra condenado al olvido por los servicios secretos, pero que resiste en su lucha contra un sistema alienante en el que todos nuestros pasos y actos de vida se transforman en datos que pueden ser controlados y manipulados por el casi omnímodo poder del Estado.
Este hombre ayudará al pobre Robert en primer lugar a sobrevivir, y luego a tomar conciencia del asunto en el que se había visto involucrado. La peli tiene sus fallos, el prota tiene cierta querencia a meterse inexplicablemente en la boca del lobo, el final es maniqueo a más no poder, y algunos personajes son innecesarios, pero el argumento es eficaz, se resuelve aceptablemente, y nos deja una reflexión tan peligrosa como cierta: estamos sometidos a un control casi infinito por parte de los poderes públicos, y nuestra libertad se ve hipotecada en aras de la seguridad nacional.
babayu
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