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España España · Oviedo
Voto de babayu:
9
Drama. Romance Varias personas se cruzan de forma azarosa e incluso peligrosa en los parques, piscinas y calles de su barrio. Una madre aburrida (Kate Winslet) se hace amiga de Brad (Patrick Wilson), un hombre que se ocupa de la casa y de su hijo mientras su mujer (Connelly) trabaja. Larry (Noah Emmerich), un amigo de Brad, empieza a inquietarse por la presencia en las calles de un pedófilo recién salido de la cárcel (Haley). (FILMAFFINITY)
24 de marzo de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante película la que nos ha regalado Todd Field, de quien pudimos ver su no menos valiosa En la Habitación. Estamos acostumbrándonos a ver desmitificaciones del sueño americana, desde una vertiente algo más amable, como American Beauty, hasta la corrosiva en extremo Happiness. Aquí se está adaptando una magnífica novela de Tom Perrotta, Little Children (horrible traducción, la del título español), en la que se juega con la falta de esperanza, el abismo cómodo en el que los personajes viven engañados, ese barrio residencial que encubre perversiones, secretos, tristezas, en el que algunos luchan por salir, por llegar a ser realmente humanos y no meras apariencias, en la que se estigmatiza a un pobre hombre que ha cometido un error, sin pensar que todos tropiezan una y otra vez en sus propios errores. La peli fluye despacio, adecuadamente a los pálidos intentos de los personajes por escapar de esa tela de araña, y mostrándonos poco a poco los elementos claves que van engranando la historia, en la que no hay un protagonista claro, sino un elemento coral indudable, en el que adquieren una enorme importancia el talento interpretativo de todos los actores, soberbios sin excepción: Kate Winslet, esa Sarah , Madame Bovary personificada, su amante, Brad, no menos atrapado que ella, o ese impresionante Jackie Earle Haley, interpretando a Ronnie, el pederasta (sólo por ver a este personaje merece la pena la película), o Larry, quien busca su propia redención acosando a alguien que no deja de ser como él mismo.
Bueno, y no nos debemos olvidar de la excelente música de Thomas Newman o la fotografía de Antonio Calvache, quien nos pinta esa especie de Wisteria Lane en la que se percibe el dolor soterrado, la frustración vital, etc, ese otro lado del cuadro que casi nunca nos dejan ver.
babayu
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