Lo peor de las películas de Antoine Fuqua, para los espectadores poco dados a las estridencias, son esas músicas compuestas por tipos con nombres de dinero. En REDENCIÓN, además, resulta molesto ver a la extraordinariamente bella y en ocasiones efectiva Rachel McAdams de mujercita de campeón del mundo. Muy mal.
REDENCIÓN sería una película estupenda, que la historia atrapa, con la mitad de tatuajes, sin tanta cámara lenta y no necesitando, a cada momento, mostrar las reacciones de todos los personajes a base de primeros planos. Exquisita banda sonora de Horner, como todas las suyas, y espléndidos Jake Gyllenhaal y Forest Whitaker, que acostumbran a poner cuerpo, alma, puños y mentones en sus asaltos. Y eso, a pesar de que los gemelos de Jake Gyllenhaal son antes los de un peso mosca.