Guillermo del Toro realiza este buen film que aúna hábilmente la inocencia de una niña y su mundo de hadas con la crueldad vivida en los primeros años de dictadura en España. Estamos ante un imaginativo y original film que narra las peripecias de una niña que, ajena a la trascendencia del contexto histórico en que vive y de la convulsión del momento, descubre un mundo mágico en el que los adultos hace ya tiempo que dejaron de creer. Su contrapartida es un alto mando de policía, excelentemente interpretado por Sergi López, cínico y malvado hasta límites insospechados, sin ningún respeto a la vida, que siembra el terror allá por donde va. También es destacable la actuación de Maribel Verdú, una actriz que gana enteros en cada película que hace, no necesitando realizar el destape de antaño ya que ha llegado a convertirse en una muy buena intérprete. Los decorados están muy logrados, tanto los de época como los oníricos lugares de cuento entre los que se desenvuelve la niña protagonista. Así pues, Guillermo del Toro nos ofrece esta bella y a la vez cruda fábula sobre un mundo que fue y otro que pudo haber sido, donde la diferencia entre el bien y el mal es lo que marca la diferencia.