Con las dos primeras entregas de la saga "Scary Movie", los hermanos Wayans supieron hacer reír a los espectadores de forma espectacular, aprovechando la oleada de cine de terror adolescente del momento, parodiándola de forma inteligente. La tercera parte bajó el listón muchos enteros, aunque hay que resaltar que los Wayans se encargaron sólo de parte del guión y no de la dirección. Pero es que en su siguiente trabajo en común, "Dos rubias de pelo en pecho", la familia Wayans parece haber dado síntomas inequívocos de que se les agotan las ideas para hacer reír. Estamos ante un film muy típico, de chiste fácil, situaciones absurdas, grotescas, que no cómicas y un previsible e irreal desarrollo que no va a parar a ningún sitio. Si al menos hiciera reír, no pasaría nada, ya que la risa es sana y películas que logren tal propósito son perfectamente loables, pero no es el caso: este film aburre hasta la saciedad. Recomendable para aquellos que tengan problemas de insomnio.