Torpe mezcla de géneros, thriller policial, terror y drama familiar, el que Kuo-fu Chen nos presenta en esta cinta de suspense. Lo cierto es que mientras transcurre la investigación policial sobre unas extrañas muertes, el film funciona bastante bien; pero la parte del drama es directamente infumable, además de muy poco original y la parte del terror, como suele ser preceptivo en el cine de miedo japonés, es bastante confusa y no sabe dar un final airoso a la historia. David Morse es con diferencia el mejor actor de todo el elenco, aunque ésta no sea precisamente una interpretación por la que vaya a ser recordado. El resto de los actores peca de poca expresividad, sin apenas contar con registros interpretativos, de forma que algunos personajes parece que siempre tengan el mismo estado de ánimo. En definitiva, un film con buenas intenciones, pero con poco talento por parte de guionista y realizador para ser llevadas a la práctica.