Melodrama de los gordos, que supone el segundo trabajo como director de Thomas Bezucha. El guión, del propio Bezucha, es de tal hipocresía que asusta: tenemos a una familia numerosa que se cree en superioridad moral sobre el resto del mundo, además de ir por la vida de buenas personas, sin embargo hunden y humillan sin contemplación alguna a la futura esposa del hijo mayor, sin que exista ningún motivo evidente para tomarla con ella. La pobre novia en cuestión es Sarah Jessica Parker, en un rol muy distinto del de "Sexo en Nueva York", que sufre de tal manera las atrocidades cometidas por la familia de su novio que llega un momento en que deberían advertir que el film puede herir sensibilidades. Diane Keaton, la otrora musa de Woody Allen, últimamente se repite hasta la saciedad en sus interpretaciones, dando la sensación de haber quedado bastante encasillada. Es una película coral, pero del resto del reparto no hay nada destacable, salvo la frescura de Claire Danes. El tramo final es, a la par que previsible, de una moralina americana terrible, con unos últimos prescindibles cinco minutos, tan políticamente correctos que asustan. Muy pocas acciones de comedia y un drama bastante duro, aunque oculto. Ciertamente, incluso puede llegar a dejar mal cuerpo en el espectador.