Magnífico remake del film de Michael Caine, al cual supera en todo, incluso en la famosa persecución de minis, que en este caso es más espectacular debido a las mejoras hechas en el campo de los efectos especiales. El guión está bien elaborado, con una trama simple al inicio, que se va complicando con traiciones, giros inesperados y nuevos personajes conforme avanza el metraje, de forma que logra enganchar al espectador hasta el final de la historia. De entre los actores destaca, sobremanera, el duo formado por Jason Statham y Seth Green, dos polos opuestos que se complementan a la perfección mediante diálogos irónicos y con el punto justo de humor. Ambos dan vivacidad a ciertas secuencias de la película que podrían haberse hecho lentas, traicionando así el espíritu de acción que lleva impregnada toda esta producción. Norton es un maestro, aunque en esta película no se esfuerce demasiado en demostrarlo y Theron cumple en su difícil papel de heroína que esconde sus sentimientos hasta ver cumplida su venganza. El punto negro de la película lo pone el protagonista, Mark Wahlberg, que debería experimentar sentimientos parecidos a los del personaje encarnado por Charlize Theron, pero como carece de talento para expresarlos, muy en la línea de actores como Orlando Bloom, Matt Damon o Ben Affleck, se limita a sonreír o ponerse serio, según sea el caso (y eso que ésta no es una de sus peores actuaciones). Secuencias espectaculares, humor, traiciones y algo de drama, bien compaginados con una banda sonora adecuada, convierten esta cinta en una adictiva y entretenida historia de ladrones, que aunque no llega a la calidad de otras como "Ocean's eleven", resulta bastante gratificante.