Creo que es el principal valor de esta película. Primero, porque se trata de una adaptación de una novela con todo lo que este término conlleva de reinterpretación (otros se limitan a plasmar textos, desplumar historias o refritar una lectura parcial y sale lo que sale). Cuando vamos a ver en pantalla una adaptación vamos a ver cine, nunca hay que olvidarlo.
Segundo, porque Uribe podía haber recurrido en muchos momentos a una artificiosidad que, visto el resultado, ni puñetera falta que hace. ¿Alguien necesita una sobredosis de efectos especiales para asimilar mejor lo que pasa? Los personajes se van desnudando a la velocidad precisa, sin grandes incoherencias y la deriva del protagonista queda perfectamente reflejada.
Tercero, porque Carmelo Gomez es sinónimo de honestidad. Se mete tan bien en ese papel de héroe al que el asunto viene demasiado grande que al instante genera empatía en un espectador libre de prejuicios. ¿Utilizarlo como narrador hace que la historia peque de previsibilidad? En absoluto. Yo creo que es una interesante aportación. Del resto del reparto, correctísimo Enrico Lo Verso. Javier García Gallego parece que hubiera estado navegando toda la vida. Aitana... está insuperable. No creo que pudiera hacerlo mejor y no encuentro otra actriz que pudiera mejorar su papel (¿Nawja-ja-ja-ja?). Sólo por lo bien que fuma, la Sanchez-Gijón tenía que estar en este papel.
Cuarto, porque con los recursos disponibles han hecho milagros. No me cabe duda de que se quiso una mejor fotografía para las escenas subacuáticas, pero a ver quién la paga. Todo lo que sucede por encima del agua se nota que está retratado con un saber hacer que viene de tiempo atrás. En ese sentido, enhorabuena al tandem Uribe/Aguirresarobe.

Otros aciertos: la cuidada banda sonora de Bingen Mendizabal, la medida ambientación.
Desaciertos: el vestuario de Carmelo Gomez (esas zapatillitas blancas...), la aparición del grupo brasileño TAIZE BR .