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España España · Madrid
Voto de Jab:
7
Drama. Romance En el Tokio de 1885, Kikunosuke Onoue, hijo de un prestigioso actor, descubre desolado que es aplaudido únicamente por ser el heredero de su padre y que, en realidad, el público se mofa de sus interpretaciones. La única persona que se atreve a ser sincera con él es Otoku, la niñera de los hijos de su hermano. Pero precisamente por ello es despedida, y a Kikunosuke le prohiben verla por temor a los rumores que se desatarían por su ... [+]
6 de julio de 2018
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para entender esta película hay que entender la época en la que está basada, el significado e importancia del teatro kabuki de la época y la estúpida cultura del autosacrificio.

Historia del último crisantemo está basada a comienzos de la Era Meiji, aún muy cercana al final de la Era Tokugawa en la que expiró la clase samurái al ser derrocado el Shogun Tokugawa. Si a día de hoy en Japón aún existe esa peculiar cultura del sacrificio imagínense en 1888 cuando está basada esta historia. Hay que tener en cuenta datos importantes como la importancia de la clase social y el apellido de la época, que los hombres interpretaban el papel de mujeres porque éstas no tenían derecho a trabajar como actrices o la cultura machista de la época.

Kikunosuke es un actor kabuki aclamado por su apellido. Tiene un talento que no desarrolla por la constante inercia de todo su entorno de aclamarle como gran actor cuando realmente es un auténtico desastre y todos lo hablan a sus espaldas. Este joven vive como un gran actor derrochando el dinero en juegas y con geishas hasta que un día se da cuenta de que la gente no le dice lo que realmente piensa y esa misma noche la niñera de su hermano le abre los ojos con toda la sinceridad del mundo. Otoku, la niñera, pasa a ser el pilar imprescindible de Kikunosuke y se consagra en cuerpo y alma al joven actor para que éste llegue al estrellato.

Aquí entran en conflicto las ganas y el autosacrificio de Otoku y la desidia y la tendencia a rendirse de Kikunosuke, el ser hombre y ser mujer, el ser de la clase social más baja y el tener un apellido importante. Mizoguchi plantea un drama social de dos extremos absurdos, de la dependencia del ser humano cuando uno no se quiere a sí mismo. Ambos personajes no son nada el uno sin el otro. El sacrificio de Otoku la convierte en una gran mujer para un pequeño hombre como Kikunosuke, pero deja en evidencia que Otoku no es un ser humano completo y eso también es debido a la falta de libertad de las mujeres de la época. Así que se puede decir que esta es la historia de dos seres incompletos que necesitan del sacrificio de uno para hacer un único ser completo.

Como siempre, Mizoguchi hace un buen trabajo artístico con buenos planos e iluminación pero los personajes se me hacen muy planos y carentes de una constante evolución. Otoku no cambia en absoluto a lo largo de la película, algo que puede comprenderse debido a su devoción y firme intención de hacer que Kikunosuke triunfe como único propósito en la vida pero Kikunosuke nunca da muestras de avolución hasta bien entrado el final, donde tan sólo los aplausos y la ausencia de Otoku hacen modificar su conducta.

Aunque tiene una buena historia entre manos y buenos motivos y maneras para desarrollarla, esta película no me parece la obra maestra que se dice que es. Creo que si su director no fuese Kenji Mizuguchi le restaría algún punto siendo exactamente la misma película. Tiene buena fotografía pero no excelsa, buenos diálogos pero no excelsos, buenas actuaciones pero no excelsas, buenos personajes pero no inolvidables. ¿Qué la hace ser una obra de culto?. Que su autor se llame Kenji Mizoguchi con toda su trayectoria como cineasta y la costumbre de elevar a los cielos lo que antes se desterraba a los infiernos. Es una buena película, pero no excelsa. Hay escenas que se me hacen forzadas como la repentina explosión de Kikunosuke cuando es actor itinerante y por unos aplausos se le sube a la cabeza la "fama" y decide salir por la noche y agrede a Otoku. El fin de esta secuencia es demostrar que Otoku le sujeta siempre y permanecerá a su lado pase lo que pase a pesar del dolor que Kikunosuke la cause. El problema es que se ahonda poco en este tipo de secuencias y las escenas teatrales ocupan mucha parte del metraje, quitándole profundidad y tiempo de desarrollo a los personajes y a escenas que nos ayuden a comprender mejor el sentir de los mismos. Sé que no hay que ser muy inteligente para comprenderlos pero en mi opinión a esta película le falta esa chispa que le daba Akira Kurosawa a sus mejores dramas sociales y que las elevaba a la categoría de obra maestra.

Mi conclusión es que me parece lenta y le falta contundencia, le sobran minutos de algunas escenas que no dicen mucho y que no tienen la fuerza y el desgarro de otras tomas como cuando Otoku vuelve a su casa o la escena final. Aún así es una buena película de un grandísimo director que nos ofrece una filmografía espectacular.
Jab
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