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España España · Madrid
Voto de Jab:
10
Drama Un samurái pide permiso para practicarse el Seppuku (o Harakiri), ceremonia durante la cual se quitará la vida abriéndose el estómago al tiempo que otro samurái lo decapitará. Solicita también poder contar la historia que le ha llevado a tomar tan trágica decisión. (FILMAFFINITY)
22 de abril de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando comenzó la Era Tokugawa Japón había sido devastado por una guerra civil que duró más de un siglo. Ieyasu Tokugawa unificó Japón e impuso una estrecha dictadura en la que reino la paz durante casi dos siglos y medios salvo por algunos altercados aislados. Había sido un largo período de guerra en el cual los samurái habían proliferado mucho, estos míticos y hábiles guerreros que nacían por y para la guerra, adiestrados desde que tenían uso de razón para no temer a la muerte, siguiendo el estricto Código Bushido y dispuestos a morir por su señor. En época de paz y con todo el poder en sus manos, el clan Tokugawa abolió muchos clanes y muchos orgullosos samurái quedaron vagando por todo Japón, sin saber como ganarse la vida lejos del campo de batalla pues su única ocupación desde su nacimiento fue la guerra. Cuando un guerrero no puede guerrear muere su espíritu, como el de un pintor que no puede pintar.

En esta época y contexto se encuentra este maravilloso film en el que se critica la dureza del feudalismo japonés y la hipocresía reinante en la noble y privilegiada clase samurái. Mientras que los campesinos se mataban a trabajar para alimentar a los samurái, estos vivían una vida mucho más cómoda, pero al quedarse sin trabajo muchos samurái se dan cuenta de lo que es la vida del pobre, pero ellos aparte son miserables puesto que son despojados de su honor. En el film se ve el comienzo de la Era Tokugawa en la que no había guerras pero seguía habiendo samuráis, jóvenes aburguesados que seguirían un estricto código pero que jamás sabrían lo que es una batalla. Nuestro protagonista hace mención a esto último cuando dice "el arte de la espada que no ha sido probado en combate es como nadar en tierra".

El único verdadero samurái que se ve en la película es Tsugumo, que vivió por la espada hasta el final según dicta el código Bushido mientras que todos los demás que le juzgan a él y a su yerno son samuráis carentes de espíritu samurái. Como siempre en este mundo hipócrita, se tapan los hechos para que nadie sepa la verdad y termina reinando la hipocresía, saliendo ganando el poderoso y relegando al débil al olvido, todo para seguir manteniendo el privilegiado estatus de nobleza y los estómagos bien llenos con la ley del mínimo esfuerzo. Aquí a nadie le importa el prójimo, a nadie le importa la mentira, y casi 480 años más tarde la vida sigue igual, pero en vez de kimonos y katanas se llevan trajes y corbatas. Bravo Kobayashi, te luciste.
Jab
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