Hermanos de Sangre cuenta con una fotografía extraordinaria, una ambientación impresionante y un guión expectacular y bien documentado que nos sitúa en una Europa en guerra, en la que los soldados mueren en el campo de batalla a ambos lados de la alambrada. Aún así, se trata de una serie muy emotiva donde afloran los sentimientos de amistad entre soldados y, por el contrario, de odio irracional hacia el enemigo. Irracional porque incluso los mismo soldados, en algún momento de la serie, llegan a cuestionarse el verdadero significado de la guerra y el motivo por el cual luchan. Este tratamiento especial de la guerra queda algo difuso por el excesivo patriotismo del que peca la serie.
No puedo terminar sin destacar la espectacularidad, credibilidad y dureza de las imágenes y la impresionante banda sonara, digna de cualquier superproducción de Hollywood.
Nota: 8 sobre 10