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Voto de El Rinoceronte 123:
8
Terror. Fantástico El éxito de Sutter Cane, un famoso escritor de novelas de terror, no tiene parangón. Pero, inesperadamente, poco antes de entregar a su editor su última novela, desaparece sin dejar rastro. Al mismo tiempo, algunos de sus fans se están volviéndo inexplicablemente violentos. Para encontrar a Cane, el editor contrata al detective John, que está convencido de que todo es un montaje publicitario para promocionar el próximo libro del ... [+]
7 de julio de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Carpenter, un director que nos tiene acostumbrados a clásicos del cine fantástico y del terror, vuelve a mediados de los 90 con una idea lovecrafniana o, mejor dicho, basado en ese universo tan complejo, metaficcional y oscuro.

Sam Neill interpreta a un investigador de fraudes de seguros, un hombre frío, calculador y cerebral. Probablemente debas ser un mago o un magnate de los fraudes para que no te pille. Recibe un caso muy particular sobre un gran escritor que ha desaparecido del mapa que, curiosamente, está en la boca de todos por sus obras y el impacto que generan. El juego de la película inicia en las peripecias de nuestro investigador fiel a las evidencias, a lo real y tangible, para no ser engañado y descubrir el paradero del "escritor del siglo". Pero hasta un tipo fiel a sus instintos puede morder el palito, y sigue el juego del propio escritor. Y de pronto, notamos que esa realidad comienza a mutar y nos sumerge en un universo surrealista donde nuestro personaje parece no salir de una pesadilla. A través de un inmenso flashback, vamos entendiendo la locura de Sam o por qué de ser un tipo cuerdo simplemente pierde los sentidos.

Y es que el verdadero maestro del fraude, si de por fraude podemos llamar "la ficción", pues es Carpenter y su personaje del escritor, que sumergen a nuestro protagonista en idas y vueltas sobre su realidad y hasta qué punto lo que ve no lo es. El juego no solo es con la mente de Sam Neill, sino con la de espectador y, sobre todo, un homenaje al impacto que generan los universos ficticios, los libros. Parte de su premisa es el juego del poder de la ficción. Y qué mejor premisa que una ficción de terror. No en vano hay guiños a, como hemos mencionado al inicio a Lovecraft y Stephen King. Las novelas tienen la capacidad de transportarnos a universos oscuros, misteriosos y fantasmales. Porque atrapan y lo peor que puede ocurrir es sugestionarse y creer que formas parte de ella. ¿pero lo crees o en verdad lo estás?
El Rinoceronte 123
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