En 2013 fue la Casa Blanca con el presidente y su gabinete dentro. Tres años después, cambiamos a campo abierto en plena capital británica. Mas grande, mas espectacular y mejor.

Mike Banning es ahora el heroe-man numero 1 al servicio de su amigo personal, el Presidente de Estados Unidos, Benjamin Asher. Junto a él es reclamado en Londres para acudir al funeral de un alto mandatario que ha muerto en extrañas circunstancias. Allí coincidirá con otros cabezas de cartel en el tablero de presidentes y mandatarios al mando de diferentes países del mundo. Pero todo se complicará cuando una serie de atentados destruyan y colapsen la ciudad y conviertan en una ratonera cada calle y rincón de la ciudad del Támesis.

Gerard Butler vuelve a liderar cual John McClane adaptado a los nuevos tiempos, a un héroe por accidente. Él no lo busca pero se ve involucrado en la situación igualmente. Y como es americano, salvará la función porque es lo que le ha tocado vivir. La lista de secundarios se completa con Morgan Freeman, Angela Bassett o Aaron Eckhart, entre otros, repitiendo los personajes que ya interpretaron en la primera cinta.

Esta película tiene como base el cine espectáculo-total. Pierde minutos de duración pero gana en intensidad, espectacularidad e incluso se permite sembrar la duda en el espectador haciendo que se plantee un pequeño dilema acerca de la autenticidad de algún personaje. Todo aderezado con un ritmo imparable: un viaje adrenalitico y brutal, aderezado, eso sí con un lenguaje soez e igualmente brutal por parte de un Mike Banning (Butler) tomando las riendas de su país en suelo extranjero.

En definitiva, cine-espectáculo para disfrutar sin pretensiones ni prejuicios. Cine de acción y peleas un poquito por encima de la media que transcurre en un suspiro.

8/10