Winterbottom (del que confieso haber visto sólo una película más, "9 songs") me ha sorprendido gratamente con este "documental".

Casi perfecta adecuación entre la historia que narra y los recursos formales empleados: planos cerrados (casi claustrofóbicos) y un montaje tan dinámico que apenas deja tiempo para respirar, te transportan de viaje con estos chicos sin darte cuenta, como ellos, del camino que estás siguiendo. Nada que ver con las frías imágenes del telediario...

Por lo demás, sólo añadir que me parece una magnífica exposición de los hechos, en la que no cabe el moralismo (este llega cuando vuelves a casa); pero que aclara que la política del miedo sigue viva y en ocasiones, sigue siendo llevada al extremo.

Una película no-intervencionista, pero tampoco neutral.