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Colombia Colombia · Medellín
Voto de César:
9
Romance. Drama Isabelle y Magali son dos amigas que viven en un valle de la Provenza. Isabelle se ha empeñado en casar a Magali, que está viuda y se ha quedado sola tras la marcha de sus hijos, razón por la cual recurre a los anuncios por palabras. (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2008
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rohmer y las contingencias.

Rohmer hace filosofía con los aspectos más sencillos, pero a su vez más determinantes en la vida de las personas. Se banaliza muchas veces el amor, los deseos de conquista, las dudas acerca del tipo de relación que se quiere, y más aún, asuntos como los clasificados para buscar pareja.

Rohmer, otra vez, me ha desestabilizado y me ha permitido unir unas cosas con otras. Se tiene la idea, o por lo menos yo, que quienes buscan una relación a través de los clasificados, son personas superficiales, fracasadas e incapaces socialmente. En Cuento de Otoño, la protagonista Magali, una solitaria e interesante vinicultora de cuarenta y cinco años, con vicios intelectuales, confiesa a su entrañable amiga Isabelle su deseo de encontrar a un hombre, aunque se siente incapaz de socializar, y mucho menos, de caer en el desespero de buscar a alguien por medio de un clasificado. Tanto Isabelle como Rosine (las eternas adolescentes de Rohmer, picaras que juegan con el mundo en sus manos) buscan como hallar el anhelado hombre a su amiga. Issabelle a través del clasificado y Rossine queriendo convertí a su ex amante, su profesor de filosofía, en la pareja de su amiga Magali.

Lo demás es el mago barajando posibilidades, encuentros y desencuentros. Rohmer juega aquí con varias ideas. Por un lado, como una decisión pueril, acudir a los clasificados románticos, puede develar un nuevo escenario, y de hecho, un escenario importante. Por el otro, nos pone a cuestionar ese asunto del destino, del encantamiento por primera vez. Entonces en Rohmer, esta vez, establece que el producir la contingencia, acelerar el hecho, incluso de una forma burda y poco delicada, puede dar lugar a un bello y esperado encuentro, lo que aún en nuestros discursos llamamos “destino”. Porque finalmente Magali pensaba que el hombre que esperaba llegaría por alguna situación a la puerta de su casa de campo. Sin embargo, el atrevimiento de Isabelle fue la llave para que el deseo de su amiga tuviese lugar.
Si en el Cuento de Invierno la clave era la apuesta en lo impensado, pienso que la clave del Cuento de Otoño es la apuesta a nuestra capacidad de construir un nuevo escenario. Apuesta que en este caso fue de la tercera persona, Isabelle.

Aquí todo lo he simplificado. Quedan muchas cosas, otras relaciones, otras posibilidades y de seguro está película contribuirá a mi insomnio cotidiano.

Como siempre Rohmer, insuperable, puro, vivo.
César
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